Las cifras no mienten. Mientras Europa se recupera de la crisis económica, España sigue hundida y sus pérdidas se acentúan constantemente. Mientras la 'zona euro' experimentó el pasado trimestre un crecimiento del 0,4%, y países como Alemania o Italia incluso superan esos datos, la variación intertrimestral de nuestra economía volvió a ser negativa (-0,3%).
El diario El País analiza hoy en su editorial estos datos, el porqué de nuestra precaria situación, las perspectivas de futuro y las consecuencias que tiene y tendrá para España.
Como causa principal, se apunta a la crisis inmobiliaria, especialmente grave para nuestra economía. La súbita detención de este sector ha provocado un aumento desorbitado de las cifras de desempleo. Y según apuntan los especialistas, es probable que todavía estén por llegar algunas caídas en este sector.
En cuanto a las consecuencias, el diario cita en primer lugar el aumento de la demanda exterior, con lo que ello conlleva en cuanto a potenciar las exportaciones. El Gobierno se aferra a esta posibilidad como una de las posibles tablas de salvación que nos guíen hacia la salida de la recesión.
Sin embargo, la otra posible consecuencia será "la retirada de los estímulos montarios del BCE", que podría provocar graves efectos sobre nuestra economía, si los bancos y cajas no realizan su adaptación a la situación actual y futura con mayor celeridad.
El irreal optimismo de Elena Salgado
Ante todos estos hechos, se antoja irónico que la vicepresidenta Elena Salgado exprese continuamente su optimismo al respecto de la situación, asegurando que "el cuadro macroeconómico del Ejecutivo se va cumpliendo" y augurando nuevas mejoras a corto plazo. Parece obvio que Salgado quita su atención del grave problema del desempleo (que en definitiva, es lo que diferencia nuestra crisis de la del resto de Europa).
Se antoja, por lo tanto, necesario (siempre según El País), que el Gobierno asimile que "la recesión nos deja como los enfermos de Europa" y que urgen las "mejoras en la contratación para taponar la hemorragia del empleo". Cuando nuestros dirigentes planteen la situación desde este prisma, sin duda más realista, quizá España comience a vislumbrar la luz a la salida del túnel.
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