El presidente del Banco Central de Brasil, Henrique Meirelles, se distanció hoy en Escocia de la propuesta hecha por el Reino Unido de aplicar una tasa a las transacciones internacionales de capital para garantizar la financiación en caso de futuras crisis.
Al término de la reunión en Saint Andrews de los ministros de Finanzas y gobernadores de los bancos centrales del Grupo de los 20 (G-20, economías ricas y emergentes), aseguró que la medida no había sido debatida en absoluto y era sólo "una propuesta más".
El presidente del banco emisor dijo entender que los Estados que habían tenido que intervenir para rescatar sus sistemas financieros se estén planteando fórmulas para compensar la aportación de dinero público, pero insistió en que eso no había sido tema de debate en esta reunión del G-20.
En todo caso, precisó, Brasil ya tiene su propio sistema de protección ante una caída del sistema, ya que los bancos contribuyen a un Fondo de Garantía de Crédito.
Según Meirelles, el asunto principal del tercer encuentro de los ministros de Economía y Finanzas del G-20, el último del año, fue establecer un marco de actuación para implementar medidas que garanticen "un crecimiento sostenible y equilibrado".
Dentro de ese marco, adelantado por el ministro británico de Economía, Alistair Darling, está previsto que todos los países del Grupo de los 20 entreguen para enero un informe sobre sus políticas económicas y proyecciones futuras de crecimiento, que será auditado por el Fondo Monetario Internacional (FMI) teniendo en cuenta los objetivos del G-20.
Sobre este punto, Meirelles dijo que se trataba de un "calendario apretado", pero la intención es que el FMI emita un informe en abril con recomendaciones para la próxima reunión, en junio, de los jefes de Estado y de Gobierno.
Cuando se tenga esa información sobre cada país, apuntó el presidente, podrán analizarse otros asuntos pendientes como la disminución de los flujos de capital a los países emergentes que provocó la crisis crediticia y la cuestión de la devaluación del dólar, que, en el caso de Brasil, ha causado la sobrevaloración del real.
También se podrá analizar otro tema que preocupa, el desequilibrio que se crea de cara a la recuperación económica por los países que, como China, son exportadores y los que, como Estados Unidos, son básicamente consumidores.
En una conferencia de prensa en la que no participó el ministro de Hacienda, Guido Mántega -que debió marcharse antes-, Meirelles se mostró de acuerdo con uno de los principios subrayados en la reunión escocesa, que los estímulos fiscales y económicos deben mantenerse "hasta que sea necesario".
En cuanto a la financiación de la lucha contra el cambio climático, el presidente del Banco Central reconoció que no hubo consenso entre los países -"en toda discusión hay siempre más de una opinión", opinó-, y afirmó que aún hay tiempo de acercar posiciones de cara a Copenhague.