
El presidente de EEUU, Barack Obama, afirmó ayer que lo peor de la crisis ha pasado ya. Sin embargo, para muchas familias los problemas no han hecho nada más que comenzar. Las hipotecas se están convirtiendo en un lastre para muchos estadounidenses sin trabajo y sin posibilidad de acceder a financiación y los impagos se multiplican a lo largo y ancho del país.
Según los datos publicados hoy por RealtyTrac, firma especializada en el análisis de datos inmobiliarios, entre enero y junio de este año se registraron más 1,9 millones de petición de embargo sobre más de un millón y medio de propiedades, un 14,6% por encima de las emitidas en el mismo periodo del año anterior.
Una de cada 84 casas
Esto supone que, en los seis primeros meses del año, una de cada 84 familias estadounidenses recibió al menos una notificación de deuda y otros tipos de avisos legales -previos a perder definitivamente sus casas-.
Y la tendencia ha ido empeorando a medida que avanzaban las semanas. Sólo en el mes de junio, 336.173 hogares recibieron un comunicado de ejecución hipotecaria, un 33,1% más que en el mismo mes de 2008. Se trata del cuarto mes consecutivo en el que se le envía un aviso de este tipo a más de 300.000 familias. El paso siguiente, el embargo, se produjo sobre 79.474 viviendas en junio, desde las 65.000 que fueron recuperadas por las entidades financieras en mayo.
"A pesar de las acciones legislativas, tanto locales como nacionales, y del incremento de la actividad crediticia, las ejecuciones continúan creciendo a niveles récord", señala James J. Saccacio, consejero delegado de RealtyTrac, en un comunicado. El directivo añade que son necesarias acciones conjuntas por parte del gobierno y de la industria de crédito para poner fin al problema.
Y es que a pesar de los esfuerzos de Washington por reactivar la economía y ayudar a los hipotecados, los impagos en los préstamos a la vivienda continúan repuntando.
Lo peor, el año que viene
Para los próximos meses, la firma de análisis prevé un total de 4 millones de solicitudes de ejecuciones hipotecarias, y expertos consultados por Reuters estiman que la situación atravesará su peor momento a mediados del año que viene.
Con el estallido de la burbuja inmobiliaria estadounidense, el retraso en el pago de las cuotas hipotecarias comenzó a aflorar en las regiones donde el boom de la construcción tuvo su mayor impacto. Pero, a medida que avanza el desempleo, las ejecuciones de hipotecas se han extendido a otras áreas que en un inicio se habían librado de la ola de embargos.
Nevada tuvo el índice de juicios hipotecarios más alto de todos los estados durante la primera mitad del año. En ese estado, a más de 6% de todos los hogares se les abrió un juicio hipotecario. Arizona fue el segundo, seguido de Florida, California y Utah. Entre los diez primeros también figuran Georgia, Michigan, Illinois, Idaho y Colorado.