
La Administración Obama ha revelado los detalles de su plan de ayuda a los hipotecados, con el objetivo de poner freno a las ejecuciones hipotecarias, que en los últimos meses se han multiplicado. El plan consta de tres puntos objetivos fundamentales: ayudar a los propietarios a refinanciar sus hipotecas, estabilizar el mercado inmobiliario con más apoyo a Fannie Mae y Freddie Mac, y rebajar los intereses de los préstamos a la vivienda.
Para empezar, intentarán suavizar las cuotas de los préstamos a la vivienda refinanciando las hipotecas a través de los gigantes hipotecarios Fannie Mae y Freddie Mac, que controlan 31 millones de hipotecas en EEUU (el 58% del total).
Para las familias responsables
La intención es llevar los pagos a un rango más accesible de alrededor del 31% de los ingresos de los propietarios. Está previsto que entre cuatro y cinco millones de personas se beneficien de esta iniciativa.
Por otra parte, se espera ayudar a otros tres o cuatro millones de propietarios permitiéndo la rebaja de los intereses de sus hipotecas. Esta propuesta tendrán que adherirse las entidades que haya concedido los créditos, la cual reduciría los tipos voluntariamente. A su vez, el gobierno compensaría a la entidad con subvenciones.
El programa está destinado, en palabras del presidente estadounidense Barak Obama, a las familias "que han respetado las reglas y han acutado responsablemente".
Más dinero para Fannie y Freddie
El Gobierno estadounidense se ha comprometido a dotar de más ayudas económicas a Fannie y Freddie, compañías privadas bajo la tutela del Estado "para asegurar la fuerza y seguridad del mercado hipotecario y mantener el acceso a las hipotecas", señaló.
Además, ampliará el apoyo por medio del fondo que creó para comprar las titulizaciones de ambas agencias, con la intención de que estas sigan adquiriendo créditos a la vivienda. En concreto, les permitirá incrementar el límite de sus carteras hasta 900.000 millones de dólares, desde los 850.000 millones anteriores.
Por último, revisará su acuerdo con Fannie y Freddie sobre la compra de acciones preferentes, que elevará desde los 100.000 millones de dólares a cada una pactados inicialmente hasta 200.000 millones.
Según informó un portavoz del gobierno estadounidense, el coste total de este plan podría ascender a un total de 275.000 millones de dólares, de los que 50.000 millones proceden del programa de estabilidad financiera TARP de Henry Paulson, de 700.000 millones de dólares.