
Bank of America-Merrill Lynch ha mejorado sus estimaciones para la economía mundial para 2010. Así, ahora calcula que crecerá un 3,7%, frente al 3,2% que estimaba inicialmente. ¿El motivo? Al parecer, el banco se ha unido a los que ven brotes verdes en el horizonte... al menos, en las economías asiáticas (sobre todo en China) y Estados Unidos.
BoA cree que la economía global saldrá poco a poco de la recesión, pero los mercados emergentes (especialmente en las economías asiáticas, con China e India a la cabeza) sí mostrarán signos muy pronunciados de recuperación el año próximo.
"Las acciones concertadas de autoridades y bancos centrales están comenzando a dar sus frutos, sobre todo en Estados Unidos y China, los principales motores que tirarán de la recuperación el año que viene", afirma Riccardo Barbieri, responsable de divisas, economía internacional y tipos de interés de la firma.
Para Estados Unidos, auguran un crecimiento del 2,6% en 2010, frente al 1,8% que estimaban inicialmente, mientras que esperan que el PIB de la primera economía del mundo caiga un 2,1% (por el 2,4% que preveía). El regreso del crecimiento estará sustentado por las medidas de estímulo fiscal, una modesta recuperación del consumo y la reactivación de las inversiones.
También constribuirán, aunque en menor medida, la mejora de las exportaciones y la leve recuperación del mercado de la vivienda que espera la firma para el año que viene en la región.
Brillo asiático
China, por su parte, volverá a acercarse al 10% de crecimiento para 2010 (esperan que llegue al 9,6%, por el 8,3% que preveían a comienzos de 2009), por las medidas extraordinarias que ha tomado el Gobierno para estimular su economía. Además, el crecimiento del consumo en el país hará brillar las exportaciones en toda la región.
Pero no sólo de China viven las buenas perspectivas de Asia. India será el segundo pilar clave, con un crecimiento estimado del 7,3% para el próximo ejercicio, y le acompañará el buen tono de pequeñas economías como Corea del Sur o Taiwan.
BoA incluso ve buenas perspectivas para la adormilada economía japonesa: espera que en este segundo semestre las medidas tomadas tanto fuera como dentro del país den frutos tangibles y el país vuelva a crecer.