Economía

Bruselas y Pekín tratan de limar asperezas ante la presión comercial de Trump

  • Las tierras raras y los aranceles centrarán la Cumbre que se celebrará mañana
  • La relación entre ambas partes se ha ido deteriorando por la desconfianza
El líder chino, Xi Jinping y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen
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Las tensiones comerciales que Washington ha ido sembrando por todo el globo abocaban a acercar posturas entre Bruselas y Pekín en un momento estratégicamente sensible. Pero aún con el caos generado por la administración Trump, parece que la Cumbre entre la UE y China que se tendrá lugar mañana tiene todos los números de quedarse en papel mojado. La reunión para celebrar el cincuenta aniversario de relaciones entre ambas partes se verá acotada a un encuentro sin resultados concretos, en un momento de crecientes tensiones por los aranceles y las limitaciones a las exportaciones de tierras raras.

El encuentro reunirá a la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, el presidente del Consejo, António Costa, y el presidente chino, Xi Jinping en Pekín. El gigante asiático optó por limitar el acceso del bloque comunitario a las tierras raras. Es por ello que se prevé que uno de los temas de debate gire en torno a aliviar las restricciones a estos materiales clave para el sector de la tecnología, energía, defensa o automoción. El gigante asiático es el mayor productor de tierras raras del mundo y estableció que los exportadores necesitarán licencias adicionales antes de poder exportar desde el país asiático.

La relación entre el bloque comunitario y el gigante asiático ha vivido en los últimos años sus más y sus menos. Von der Leyen, llamaba el año pasado a reducir riesgos con Pekín pero sin llegar a desacoplarse del todo de su economía. La relación entraña cierto recelo y desconfianza que se plasman en un pulso de restricciones comerciales que, a priori, las tensiones con Washington parecía que iban a aliviar.

Pero no ha sido el caso. Aun cuando la Casa Blanca y el Ejecutivo de Xi Jinping se encuentran en una especie de limbo tras la tregua arancelaria, ambos Ejecutivos parecen moverse bien en este juego de tensión y escalada. La tesitura propiciaba que Von der Leyen, en el arranque del ejercicio, pusiera cierta intención en acercar las relaciones con Pekín. No solo no se ha traducido en realidad si no que la Cumbre que se celebra este jueves se ha visto reducida a un día, en lugar de los dos inicialmente previstos.

En su discurso de este mes ante el pleno del Parlamento Europeo, la alemana subrayaba que Pekín tiene el "mayor superávit comercial de la historia de la humanidad", también acusó al gigante asiático de incurrir en prácticas comerciales desleales, de tal manera que dota de subsidios a sus industrias para que puedan sobreproducir y vender los productos en otros mercados a precios más baratos. Una práctica en contra de las normas de competencia.

La realidad es que las tensiones entre la UE y China han ido a más en los últimos años. El detonante ha sido la importación de baterías de vehículos eléctricos a la UE. Bruselas lanzó una investigación sobre estas importaciones del gigante asiático al considerar que dotaba a sus empresas de subsidios que le proporcionaban ventaja competitiva en el mercado comunitario. El proceso culmino en aranceles de hasta el 35% por parte de la UE que no sentaron muy bien al gigante asiático.

Así es que, desde entonces, Bruselas y Pekín han emprendido sucesivas investigaciones a las importaciones de ambas partes ante sospechas de competencia desleal y prácticas de dumping. Por parte del Ejecutivo de Xi Jinping se puso el foco en el sector porcino comunitario, los lácteos o el brandy. El último paso han sido las restricciones de China a los productos sanitarios importados de la UE después de que Bruselas haya decidido que las empresas asiáticas no podrán participar en licitaciones de públicas de productos sanitarios de más de cinco millones de euros.

Entre ambas partes hay un escollo que, por el momento, parece insalvable: el posicionamiento con respecto a la agresión militar rusa de Ucrania. China ha evitado posicionarse en contra del Kremlin en esta contienda pese a la insistencia de la UE. Como Bruselas ha ido imponiendo rondas de sanciones también para los habilitadores que permitían a Moscú esquivarlas, dos bancos asiáticos han sido objeto de las represalias del bloque comunitario por ayudar al Kremlin. Una decisión que Pekín no vio con buenos ojos y ante la cual anunció represalias.

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