
La renta a largo plazo es uno de los determinantes principales del gasto y en esto, la calidad de los contratos ejerce una presión demostrada. La conversión de contratos temporales en indefinidos en 2022 habría impulsado el gasto en los hogares entre 1.846 y 2.462 euros. La explicación la encuentra el Banco de España en la mayor seguridad que perciben las familias sobre la renta disponible, aunque el porcentaje de fijos discontinuos sobre el total de nuevos indefinidos habría frenado el potencial de aumento de consumo.
En un artículo publicado este lunes bajo el título de 'El aumento de los contratos indefinidos y su posible impacto en el gasto', el Banco de España analiza el efecto que ha podido tener el aumento de los contratos indefinidos observado a lo largo de 2022 sobre el gasto de las familias, aunque pide cierta cautela por la omisión de canales que pueden expandir el gasto (la formación de hogares, por ejemplo) y la falta de datos desagregados (aún por publicar) que permitan cuantificar con exactitud en qué medida el aumento de la contratación indefinida ha reducido la incertidumbre sobre la pérdida de empleo.
Históricamente, la sensación de estabilidad ante un empleo de carácter indefinido ha supuesto un aumento de la ratio de gasto sobre renta de en torno el 20% entre los dos trimestres anteriores a la conversión y el posterior. En concreto, antes de la reforma laboral de 2022, la transición a empleos con menor incertidumbre conllevaba aumentos del gasto desde 3.494 euros al trimestre a 4.350 (+24,5%) con aumentos de renta del 2,9%.
La mayor tranquilidad ante un contrato indefinido (transitar hacia el desempleo se ve como una opción más lejana) se observa incluso antes de que la conversión se materialice. Según la entidad, parte del incremento del gasto se llega a dar un trimestre antes de la conversión "posiblemente debido a que los empleados reciben información sobre la conversión de su contrato con anterioridad al momento en el que se produce".
Ya con la última reforma laboral en marcha, la conversión de contratos temporales en indefinidos observada a lo largo del año pasado podría haber contribuido a incrementar la ratio de gasto sobre renta entre 0,18 y 0,24 puntos porcentuales: entre 1.189 y 1.586 millones de euros en total o entre 1.846 y 2.462 euros más de gasto en los hogares cuyo cabeza de familia firmó un contrato indefinido.
Los fijos discontinuos no borran la sensación de inestabilidad en el empleo
Una interpretación certera de este patrón de consumo (menor ahorro por 'motivo de precaución') no puede obviar los diferentes tipos de contratos. Según la Encuesta de Población Activa (EPA), en 2022 los trabajadores con contrato indefinido aumentaron en 1,6 millones mientas los de contrato temporal cayeron en 1,2 millones. Sin embargo, no todos los nuevos indefinidos brindan esa seguridad. En el cómputo de los contratos indefinidos cuentan también los a tiempo parcial y los fijos discontinuos. Estos últimos, que implican periodos de inactividad, llegaron a suponer el 25% del total de indefinidos firmados en 2022. Estos, apunta el organismo, "en determinados casos pueden conllevar menor seguridad en el empleo", y eso 'pesa' en la estadística.
Los datos de afiliación a la Seguridad Social indica que la ratio de bajas en el empleo sobre el conjunto de los afiliados con contrato fijo discontinuo creció en 2022 y es similar a la de los empleados con contrato temporal en ese mismo año, mientras los flujos de la EPA evidencian que las transiciones trimestrales al desempleo de los fijos discontinuos son similares a las de los asalariados con contratos temporales.
No toda la influencia de los fijos discontinuos en el análisis es negativa. La EPA apunta a que estos contratos, de media, acumularon en 2022 casi cinco años de antigüedad en su empresa (58 meses), frente a los 22 meses de los temporales. Aquí, la balanza sobre el grado de estabilidad que suponen los fijos discontinuos suma a favor del aumento del gasto.