El ministro del Tesoro británico, Alistair Darling, reconoció el miércoles el impacto de la recesión, al revisar fuertemente a la baja sus anteriores previsiones, aunque aseguró que la economía británica retomará la senda del crecimiento a fines del 2009. En la presentación en la Cámara de los Comunes del austero presupuesto 2009-2010, el titular de Finanzas admitió que el Reino Unido hace frente a la peor crisis económica desde 1945.
La economía británica, la quinta del planeta, "se contraerá un 3,5% en el 2009", declaró Darling, anunciando cifras más negativas de las vaticinadas por el gobierno en noviembre pasado, que apostaba por un crecimiento del PIB de 0,75% a 1,25% para este año.
El ministro admitió que la deuda pública del Reino Unido subirá del 43,1% del PIB en el periodo 2008/2009 a un 59% del PIB en 2009/2010 y a un 68% en 2010/2011, lo que refleja el serio deterioro de las cuentas nacionales.
Darling aseguró que el presupuesto -que incluye medidas para ayudar a los desempleados y al sector automovilístico pero prevé recortes del gasto público y golpea a los consumidores de alcohol y tabaco- ayudará a la gente a "superar esta recesión mundial".
Con un tono que quería ser optimista, Darling aseguró que la economía británica retomará a fines de año el camino del crecimiento y que subirá un 1,25% en 2010. Darling señaló que este año será duro, pero que "la economía británica sufrirá menos que Alemania, menos que Japón, menos que Italia y menos que el conjunto de la zona del euro".
"La economía británica es diversa, flexible y fuerte, razón por la cual podemos tener confianza en la recuperación", dijo el titular de Economía, quien añadió que la inflación seguirá "descendiendo bruscamente, situándose en el 1% este año".
Anunció medidas para fortalecer la industria automotriz mediante créditos a personas que tengan vehículos viejos y quieran comprar uno nuevo, a quienes apoyará con 2.000 libras (unos 3.600 dólares). Las compañías petroleras del Mar del Norte recibirán además incentivos para explotar nuevos yacimientos, anunció el titular de Finanzas británico.