
El presidente del Banco Mundial, Robert Zoellick, advirtió el sábado sobre las consecuencias del brusco descenso en el crecimiento económico que se espera en todo el mundo para este año. "Creo que 2009 será un año muy peligroso", afirmó en una rueda de prensa en Bruselas, y aseguró que la economía global se contraerá previsiblemente este año un 1 ó un 2 por ciento.
Zoellick propuso que el grupo de las 20 economías industrializadas y emergentes del mundo - cuyos líderes se reunirán en Londres el mes próximo - establezcan un proceso de revisión para ver qué otras medidas de estímulo serán necesarias para impulsar la recuperación.
"Del proceso del G-20 debería salir un sistema de supervisión", aseguró en una conferencia organizada por el grupo de expertos alemán Marshall Fund, sugiriendo la creación de un sistema de revisión a los actuales planes de estímulos acordados por los gobiernos.
" (...) Dada la incertidumbre que genera la crisis creo que ustedes querrán un proceso de revisión para ver si serán necesarias más acciones en 2010", dijo.
Caída de la economía
Robert Zoellick, señaló que la profundidad de la desaceleración no tenía precedentes desde la Gran Depresión de los años treinta.
En una conferencia en Bruselas, Zoellick se refirió a un pronóstico del Fondo Monetario Internacional (FMI) que auguró que la economía mundial caería un 1 por ciento este año.
"En el Banco Mundial daremos nuestro pronóstico de nuevo pronto, posiblemente en el rango de un 1 ó un 2 por ciento (...) No hemos visto una cifra como esta a nivel global desde la Segunda Guerra Mundial, que realmente quiere decir desde la Gran Depresión", declaró.
El jefe del BM ha expresado su preocupación sobre los actuales esfuerzos para abordar la crisis, y advirtió del riesgo de "hacer muy poco, demasiado tarde".
Indicó que los estímulos fiscales que no tienen en cuenta la crisis del crédito serán un "placebo" sin un efecto duradero en la economía.
Los niños, víctimas de la crisis
Zoellick alertó de una caída en el comercio mundial mientras los países controlan sus economías a nivel doméstico, y citó pronósticos del Banco Mundial señalando que hasta 400.000 niños podrían morir este año como efecto indirecto de la crisis.
"Hay temas que van más allá de la economía hasta temas de estabilidad política y social", dijo. "Si los niños no obtienen una nutrición apropiada en sus primeros años, perdemos una generación", aseveró.
Zoellick mencionó algunos progresos para convencer a los países ricos de ayudar a los Estados en vías de desarrollo a lidiar con la contracción económica, que afecta los ingresos por la venta de materias primeras y las remesas de trabajadores inmigrantes. Sin embargo, admitió que había resistencia.
"Es duro en momentos como este. Todo el mundo se siente forzado", manifestó.