Economía

El tsunami de Japón resucita el pánico a la energía atómica en Occidente

EE UU mantiene su programa mientras Merkel convoca una reunión de crisis

Nueva York. Cuando las sociedades occidentales empezaban a neutralizar los miedos desatados sobre la seguridad de las centrales nucleares, especialmente, tras catástrofes como las de la planta de Three Mile Island de Pensilvania, EEUU, en 1979 o el histórico desastre de Chernóbil, Ucrania, en 1986, la Madre Naturaleza ha querido, con los trágicos acontecimientos de Japón desde el pasado viernes, poner de manifiesto que sus caprichos pueden mermar cualquier intento humano por blindar el devastador efecto de un escape atómico.

Con 442 reactores nucleares en funcionamiento a nivel mundial y otros 65 a punto de engrosar la lista, los líderes del planeta podrían echar el freno de mano a una industria que, en estos momentos, supone un arma de doble filo.

Durante este fin de semana las dudas y los miedos se han extendido por todos los rincones, máxime cuando ayer especialistas estadounidenses en energía nuclear aseguraban que "utilizar agua de mar para enfriar un reactor nuclear" como hacen los japoneses en su central de Fukushima,"es un acto de desesperación" que evoca la catástrofe de Chernóbil.

Expertos norteamericanos, hablando con periodistas por audioconferencia, advertían, además, de que este accidente nuclear pueda afectar la reactivación de este sector energético en varios países.

A pesar de ello, el portavoz del Instituto de Energía Nuclear de EEUU, Mitch Singer, aseguró al Wall Street Journal que lo sucedido en Japón no frenará el boom nuclear norteamericano. "A estas alturas no creo que vayamos a sufrir un gran impacto en la industria nuclear", determinó.

Sin embargo, Peter Bradford, antiguo miembro de la Comisión Regulatoria Nuclear, afirmó que tras ver en televisión cómo una planta nuclear explota "el escepticismo y oposición de los ciudadanos crecerá a la hora tener reactores nucleares cerca de sus vecindarios". La Comisión Regulatoria Nuclear revisa en estos momentos veinte peticiones de distintas compañías para producir energía nuclear mientras estados como Georgia, Carolina del Sur y Tennessee se preparan para acoger nuevos reactores nucleares.

En Alemania, la canciller Ángela Merkel, convocó a una reunión de crisis a sus ministros de Exteriores, Guido Westerwelle, y de Medio Ambiente, Norbert Röttgen, para poder analizar la situación creada por el accidente nuclear de Japón, mientras que el Gobierno de Berlín se comprometió a revisar la seguridad de todas las centrales nucleares alemanas.

Merkel fue una de las primeras en afirmar el pasado fin de semana que la energía nuclear del planeta no puede continuar funcionando como hasta ahora. Una preocupación manifestada tras la protesta de Stuttgart, donde más de 60.000 personas mostraron su oposición a la planta nuclear que se asienta en el estado de Baden-Wuerttemberg.

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