Va directo a por los más premium y deportivos de su segmento y, por lo que hemos podido comprobar, quizá tenga argumentos de peso para ello. Tras dos años de desarrollo, el Jaguar F-Pace ya es una realidad.
En Jaguar tienen claro que el segmento de los todocamino sigue creciendo como la espuma. No en vano, las 850.000 unidades anuales que se venden en la actualidad pasarán a ser 1.200.000 en los próximos cinco años. Más de un millón de SUV suponen una suculenta porción de una tarta a la que ningún fabricante quiere renunciar. Y menos, Jaguar.
Por ello, la firma británica, coincidiendo con su 80 aniversario, presenta ahora su primer vehículo de este tipo. Se trata de un Jaguar en toda regla, con el diseño característico de los modelos de última hornada, con los últimos avances tecnológicos que podemos ver en los F-Type, XE o XF y, por supuesto, con aptitudes para rodar fuera del asfalto.
Dice su diseñador, Ian Callum, que dibujarlo fue todo un reto: "había que crear un coche de espíritu práctico, pero con alma de Jaguar. Nada fácil". Pero una vez puesto a la tarea, todo comenzó a fluir. El resultado ha sido un coche alto y con cierto volumen, pero a la vez compacto y deportivo. Llaman especialmente la atención sus pilotos al más puro estilo F-Type, sus enormes ruedas que se asientan sobre llantas de hasta 22 pulgadas, sus cortos voladizos (sobre todo el delantero) y su prominente parrilla frontal. Pero todo ello, de alguna manera, se resuelve sin estridencias y de una forma equilibrada.
El alma del nuevo Jaguar
Algo parecido sucede en el interior, donde encontramos un habitáculo ordenado y práctico en su diseño, en el que nada es ostentoso. La funcionalidad y la simplicidad vienen de la mano de dos grandes pantallas: una, la de la consola central, que sirve para manejar y proyectar toda la información relativa al sistema de entretenimiento; la otra se ubica en la zona de la instrumentación y muestra los relojes y la navegación, entre otras funciones, en formato digital.
En el habitáculo hay espacio para cinco ocupantes dado que se trata de un vehículo de enfoque familiar. En esta toma de contacto estática en la que apenas se mostraba el coche expuesto hemos podido constatarlo, aunque las plazas traseras parecen ser menos amplias que las de algunos competidores. Recordemos que Jaguar considera rivales del F-Pace algunos todocaminos como el Audi Q5, el Porsche Macan o el BMW X5 (en realidad, por medidas está incluso más cerca de un X3). Sin embargo, donde sí destaca el británico es en el maletero, que, con 650 litros, se sitúa por encima de la media.
Siguiendo la estela de los recién llegados XE y XF, el todocamino emplea la misma estructura hecha a base aluminio, que le ayuda a rebajar el peso y a equilibrar las masas entre ejes. Mientras tanto, el apartado mecánico queda en manos de dos motores diésel y otros dos de gasolina. El más vendido en nuestro mercado, casi con total seguridad, será el 2.0 diésel de 4 cilindros y 180 CV que pertenece a la nueva familia de propulsores Ingenium, seguido del 3.0 diésel V6 de 300 CV; los gasolina 3.0 V6 sobrealimentados (340 y 380 CV) serán los más interesantes por prestaciones aunque probablemente tengan muy poca demanda. Por lo demás, los clientes podrán elegir entre un cambio manual o automático asociado al motor menos potente (el manual sólo para la versión de tracción trasera), mientras los otros tres siempre van de la mano del cambio automático y la tracción integral.
El F-Pace empezará a admitir pedidos dentro de muy poco tiempo, aunque quienes estén interesados en este modelo deben saber que hasta el mes de abril no llegarán al mercado las primeras unidades. ¿Su precio? 45.000 euros para la versión de arranque, con el motor diésel de 180 CV, tracción trasera y nivel de equipamiento Pure. El siguiente escalón lo ocupa la variante con tracción total, que se asocia irremediablemente a la transmisión automática y que eleva su precio hasta los 56.000 euros.
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