Motor

Millones de coches llamados a revisión: ¿debilita a las marcas o las refuerza?

Los dos mayores grupos automovilísticos a nivel global se están viendo sacudidos por sendas llamadas a revisión de varios millones de coches por diferentes defectos, alguno de ellos, incluso, con consecuencias fatales, como en el caso de General Motors y el fallo que ha causado, durante la década que llevan comercializando las unidades aquejadas al menos, 13 víctimas mortales.

No tan fatal, pero sí de todavía mayores dimensiones, ha sido la retirada anunciada ayer por Toyota, que afecta a 6,5 millones de vehículos en todo el mundo (más de 20.000 en España) con problemas en dirección y asientos que, según la compañía, no han sido causantes de ningún accidente.

Ahora, entre Toyota y General Motors suman, en apenas dos meses, más de diez millones de vehículos señalados, pero no son las únicas. En las últimas semanas, Chrysler ha llamado a talleres 870.000 automóviles en todo el mundo; Nissan, casi un millón sólo en Estados Unidos; Volkswagen otros 2,6 millones de vehículos, en todo el mundo; ni siquiera las firmas premium se libran de esta 'fiebre': BMW llamaba hace unos días alrededor de 230.000 turismos a revisión en China.

¿Son demasiado frecuentes?

Es más, según las autoridades de consumo europeas, un total de 43 modelos han sido llamados a revisión sólo en lo que va de año por parte de diferentes fabricantes. Dada esta situación, cabe una vez más volver a hacernos la tan recurrente pregunta en estos casos: ¿son demasiado frecuentes las llamadas a revisión en la industria del automóvil? ¿Les dan estas acciones un valor añadido a las compañías que las emprenden o, por el contrario, penalizan su reputación de marca?

Muchos usuarios ven estas llamadas a revisión como una ventaja competitiva, por cuanto asumen su error y pagan por él en favor de la seguridad de sus clientes, subsanando sin coste adicional el defecto que la pone en juicio.

Otros, sin embargo, como ha denunciado la OCU en más de una ocasión, lamentan que las marcas lancen sus coches al mercado sin garantizar al cien por cien la seguridad de éstos. "Lo deseable sería que no se pusiera en el mercado un automóvil hasta que no se haya comprobado que no existe ningún problema en su equipamiento de seguridad", denuncia la organización española.

El declive de la reputación de Toyota

Lo que parece evidente al menos en el caso de Toyota es que esta nueva llamada a revisión, su enésima en apenas unos años, puede debilitar sensiblemente a su imagen de marca. La automovilística japonesa recae así de sus problemas con las retiradas masivas de los últimos años, que tuvieron su punto álgido hace ahora un año con un acumulado de cuatro grandes retiradas en sólo unos meses, amenazando con repercutir en su consolidada reputación de marca más fiable del mercado.

En 2012, Toyota llamó a revisión a más de 7,4 millones de vehículos en todo el mundo por una avería eléctrica y poco después, en febrero de 2013, un fallo de software le obligó a pasar revista a 1,9 millones de unidades de uno de sus productos insignia, el híbrido Prius.

No obstante, el mayor defecto de serie detectado en sus vehículos afectó al acelerador y obligó a llevar al taller a casi 10 millones de unidades entre 2009 y 2011. Aquel fallo vino marcado por un trágico accidente mortal que tuvo lugar en EEUU y en el que el conductor del Lexus implicado pudo relatar en un dramática llamada a los servicios de emergencia que el acelerador estaba atascado y el vehículo circulaba sin control poco antes de sufrir el choque que costó la vida a sus cuatro ocupantes.

Para terminar de golpear su imagen, el pasado marzo Toyota aceptó pagar una multa de 1.200 millones de dólares que le impuso el Gobierno de EEUU, la mayor con la que Washington ha castigado a un fabricante de vehículos, por "realizar declaraciones públicas engañosas y proporcionar datos inexactos" para ocultar la grave avería.

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