Motor

El coche alemán ya no lidera en tecnología tras llegar tarde a la carrera 'eléctrica'

BMW i8 Concept

Mientras durante la década pasada, fabricantes alemanes se centraban en perfeccionar sus motores de gasolina y diésel, otros grupos decidían 'especializarse' en el desarrollo de los incipientes coches híbridos y eléctricos. Por ello, ahora, los BMW, Volkswagen o Daimler han quedado atrás en la carrera por la movilidad eléctrica, en favor de Toyota, Renault o GM.

Ahora, estos fabricantes germanos tratan de recuperar el tiempo perdido anunciando el lanzamiento de sus primeros coches eléctricos en la segunda mitad del próximo año. En juego está su histórica reputación de líderes en tecnología, que ha quedado en suspenso al verse adelantados por la competencia de todo el mundo. "BMW y Mercedes-Benz han sido muy vagos sobre cuándo van a estar listos", se queja Herald Geisbauer, un ingeniero germano que ya anuncia su intención de no esperará a un modelo alemán para el eléctrico que tiene pensado comprar.

Enfrente, por su parte, Renault y General Motors se han puesto a la cabeza del segmento eléctrico con sus respectivos Nissan Leaf y Chevrolet Volt, mientras que Toyota es líder indiscutible en la oferta de automóviles híbridos (hasta tal punto que BMW se ha aliado con la japonesa para acceder a su tecnología). Estas marcas populares se han beneficiado así de la comodidad de las premium alemanas, que comenzaron más tarde su apuesta por este tipo de vehículos.

La incipiente oferta alemana

Pero, ya se sabe, más vale tarde que nunca y ahora los que se están poniendo las 'pilas' -nunca mejor dicho- son precisamente los coches alemanes, deseosos de volver a su estatus de líderes en tecnología. Ya este año han empezado a dar información sobre sus primeros modelos de este tipo: Mercedes-Benz, por ejemplo, presentará esta semana el SLS AMG E-Cell, que no estará disponible hasta el próximo año y que será capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en sólo 4 segundos (sólo dos décimas más lento que su versión de combustión con 571 CV). Además, también en París será presentada una versión eléctrica de su Clase B, prevista para 2014.

Pero Daimler no ha sido, ni mucho menos, el pionero. Tal honor corresponde a BMW, que con su revolucionaria familia i presentada el año pasado en el Salón de Frankfurt aspira a alzarse con el liderazgo en el mercado de la 'electricidad de lujo'. Volkswagen, por su parte, debutará en el segmento con el denominado Audi R8 e-tron y con el flamante Porsche 918 Spyder, un superdeportivo híbrido enchufable que también llegará a las carreteras en 2013.

Las consecuencias del impulso eléctrico

El pistoletazo de salida de los alemanes en esta carrera por la movilidad eléctrica se antoja imprescindible para el impulso definitivo de este mercado, pero al mismo tiempo supone una importante amenaza para quienes están hoy asentados en el trono de los más punteros: se calcula que el volumen de ventas se triplicará en 2014 hasta 384.000 unidades, según IHS Automotive, pero la cuota de mercado del líder Renault-Nissan caería entonces, en sólo dos, años desde el 48% hasta el 40%.

Por otro lado, el empeño de Daimler por impulsar el negocio eléctrico en su división Mercedes-Benz es aún mayor, pues desde Stuttgart lo ven como una oportunidad de alcanzar la notoriedad perdida que les ha llevado, en menos de una década, a verse superado en el segmento premium por BMW y Audi. Y no sólo en la marca de la estrella, también por ejemplo en Smart, cuya variante eléctrica es considerada clave en su posicionamiento en las grandes ciudades.

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