
Cuando Daimler, grupo al que pertenece Mercedes-Benz, introdujo el diminuto urbano Smart en el mercado a finales de los años 90, los planes contemplaban ya una versión eléctrica que le permitiera consolidar su imagen de marca como líder del transporte en la ciudad. Pero, hasta que esa variante ha llegado, Smart se ha visto superado por otras ofertas más completas, como la de BMW con la gama Mini.
Mientras la estrategia comercial de este último se ha basado en los últimos años en el lanzamiento de muy variadas versiones del urbano de origen británico -que van desde un roadster a un SUV de cuatro puertas-, Smart, en contraste, se ha caracterizado por la oferta de un único modelo. Un estancamiento que, para desgracia de Daimler y a diferencia de su homólogo rival, no ha ayudado a levantar las ventas decrecientes del fabricante de Mercedes-Benz.
Ahora, para resarcirse, Daimler busca restituir la posición de la imagen de Smart como pionero en la movilidad urbana con el lanzamiento del primer coche eléctrico de producción en masa alemán dentro de este segmento, el Smart Fortwo.
Con unos conductores que recorren de media menos de 50 km al día con su Smart, la autonomía de 145 km de la versión de cero emisiones de este urbano se antoja como una excelente opción para quienes buscan un coche que ahorre espacio y dinero. "Desde el principio, el Smart fue diseñado como un vehículo eléctrico", explica la jefa de la marca Annette Winkler. "Ahora está dando sus frutos, ya que la conducción eléctrica se adapta a nuestro coche a la perfección".
No será la única oferta dentro de los vehículos con batería: Daimler también ampliará esta línea en años venideros con una bicicleta, un scooter y un coche de cuatro plazas eléctricos. Todo para conquistar definitivamente el segmento de la movilidad urbana y recuperar una cuota de mercado en claro declive: según datos de IHS Automotive, Smart controlará en 2012 el 5,5% del mercado, frente al 6,3% de 2011, y las previsiones apuntan a que no volverá a superar el 6% en los próximos cinco años.
Pero, en cualquier caso, sus rivales no se lo van a poner fácil. Especialmente, BMW, cuya familia i, que comenzará a venderse en 2013 con el i3, pretende hacerse con el liderazgo también en coches híbridos y eléctricos. Por ello, Daimler sostendrá en una política de precios más bajos su competencia, con el fin de atraer a un mayor número de clientes desde la preocupación por el bolsillo: en Alemania, el Smart se vende por 18.190 euros (más el alquiler de la batería), frente a los más de 35.000 euros que está previsto vaya a costar el BMW i3.