
La radiografía de los futuros emprendedores muestra que los alumnos que hoy estudian ciencias sociales y jurídicas suponen el 51,9 por ciento de los emprendedores. Los estudiantes de ingeniería y arquitectura, sin embargo, suponen un 23,5 por ciento.
Es una de las conclusiones que recoge el libro Universidad y Empleo, escrito por Fernando Jáuregui, Lourdes Carmona y Esther Carrión. La obra contiene un estudio basado en 9.000 respuestas de alumnos y medio centenar de especialistas sobre el futuro laboral de los universitarios.
Entre los asuntos tratados en el informe, destacan las aspiraciones de futuro de los estudiantes. En este sentido, son preguntados por si prefieren ser emprendedores, funcionarios o asalariados. Además, pregunta sobre los sectores que les gustarían para trabajar.
El estudio señala que, en general, el alumno que aspira a trabajar por cuenta propia tiene una media de 24 años, compagina sus estudios con un trabajo -el 36 por ciento-, procede en mayor medida de la enseñanza privada -colegio o universidad-, está más familiarizado con la experiencia internacional, pues ha residido en el extranjero más que el resto de los alumnos -el 34 por ciento-, y tiene un mayor dominio de otros idiomas, por ejemplo el inglés -el 28 por ciento-.
El informe destaca que los servicios profesionales y de consultoría es el sector principal donde, tanto asalariados como emprendedores, quieren comenzar a trabajar una vez acabada su formación académica. En segundo y tercer lugar, los alumnos que aspiran a trabajar en el sector privado eligen el ámbito de la ingeniería y el marketing, publicidad y diseño. Entre los que prefieren desarrolar su labor en la función pública, priman los sectores propios de la misma: sanidad y educación.
Un 18,8 por ciento de los universitarios encuestados por Educa2020-GAD3 muestra una decidida vocación emprendedora, y sobre esta base se ha trabajado en la encuesta. Sin embargo, el porcentaje de quienes en algún momento se animarían a emprender crecería hasta un 26,8 por ciento si, como han considerado los responsables técnicos del sondeo, se tiene en cuenta que un 3,4 por ciento quisiera trabajar como autónomo o freelance, otro 1,2 por ciento quiere continuar con el negocio familiar y, finalmente, un 3,3 por ciento ha dado otras respuestas que no pueden englobarse en los apartados funcionarios ni asalariados.
Por otra parte, el 31 por ciento de los alumnos entrevistados ha residido alguna vez fuera de España. Los principales destinos de los alumnos españoles se concentran en Europa y Norteamérica. Por delante del resto de países, destacan las islas británicas: Reino Unido -29 por ciento- e Irlanda -10 por ciento-. En más de la mitad de los casos, los alumnos residen temporalmente fuera de España para realizar un curso de perfeccionamiento y aprendizaje del idioma. Este dato encaja con la estancia mayoritaria en las islas británicas, ya que el inglés es el idioma que mejor manejan los alumnos españoles. Por su parte, en el 30 por ciento de los casos el alumno ha residido fuera de España durante el periodo de formación superior, disfrutando una beca Erasmus o programa de intercambio similar.
En cuanto a las motivaciones para elegir un empleo, en primer lugar, los estudiantes buscan la realización personal en su puesto de trabajo y valoran, por encima de todo, trabajar en algo que les guste. Además de este punto común, el resto de motivaciones varían en función del perfil del alumno. Entre los emprendedores, adquiere más relevancia la realización de una idea personal, frente a la seguridad en el puesto de los funcionarios o trabajar en un puesto relacionado con sus estudios de los asalariados.
La mayoría de alumnos considera que existe una conexión entre la formación recibida en el colegio o instituto y la etapa de educación superior. Así, seis de cada diez alumnos -60 por ciento- opina que en el momento de iniciar la etapa universitaria o de formación profesional estaba adecuadamente preparado. Los alumnos más críticos -40 por ciento- son en mayor medida ingenieros -46 por ciento- y quienes quieren ser emprendedores.
En la mayoría de los casos, los estudiantes valoran positivamente la contribución de la formación universitaria a su inserción profesional. En concreto, el 52 por ciento de los alumnos sostiene que la formación académica recibida prepara adecuadamente para acceder al mercado laboral. En una proporción similar -48 por ciento- los estudiantes afirman que la formación recibida fomenta el emprendimiento.
En cuanto a los motivos de elección de la titulación, el alumno señala como principal factor de decisión su vocación e interés personal por la materia de estudio. Así, uno de cada dos alumnos afirma que escogió su titulación por ser la que más le gustaba o por vocación -39 por ciento-. Otros elementos externos, como que la titulación ofrezca salidas a nivel profesional, determina la decisión de matrícula en uno de cada cuatro casos -38 por ciento-.
Ocho de cada diez alumnos coinciden en señalar que la Formación Profesional es una vía formativa efectiva para acceder al mercado laboral. Pese a ello, los alumnos creen que los empleadores valoran más la formación universitaria que la profesional, a la hora de realizar un proceso de selección. El estudio subraya que la situación geográfica del centro de estudios es determinante en la decisión de matrícula, tanto entre los alumnos universitarios como de Formación Profesional. Estos últimos valoran, en segundo lugar, las salidas profesionales que ofrece, mientras que los alumnos universitarios valoran, en mayor medida, el plan de estudios.