
El camino del euro durante el último año no ha sido un paseo por el parqué. Hace 12 meses la divisa cotizaba un 16% por debajo de los 1,23 dólares actuales en su cruce con el dólar estadounidense. La moneda se movía en el entorno de los 1,05 dólares, descontando un riesgo político en la Eurozona que para muchos expertos amenazaba incluso con la continuidad del euro.
En Francia, uno de los bastiones de la Unión, la sombra de Marine Le Pen, candidata de extrema derecha, antieuropeísta, se acercaba con la cita electoral, que tuvo lugar el 23 de abril. Además, antes de esto el mercado tenía que lidiar con los comicios en Holanda del 15 de marzo, donde el candidato Geert Wilders, también euroescéptico, se presentaba con un riesgo para la divisa.
Ambas elecciones se saldaron con una derrota para estos candidatos, lo que dio alas a los alcistas en la moneda europea, ya que desde entonces se ha comportado como una de las monedas más fuertes del planeta, revalorizándose frente a casi todas las monedas del mundo.
Entre las diez divisas más negociadas del mercado, la libra esterlina es la que mejor se ha comportado frente al euro, y aun así en los últimos 12 meses la divisa británica se ha depreciado más de 4,2% frente a nuestra moneda. Franco suizo, corona noruega, yen japonés, o los dólares de Canadá, Australia y Nueva Zelanda, han perdido todos entre un 7 y un 14% en su cruce con el euro, siendo, eso sí, la moneda estadounidense la que más ha caído contra la divisa europea, dentro de este grupo: un 14%. Si se atiende a los cruces del euro frente a monedas de mercados emergentes, la fotografía es muy similar: solo la corona checa y el zloty polaco repuntan frente a ella.
Miguel Ángel Bernal, profesor del IEB, destaca el factor político como una de las claves, al explicar que "hace un año estaba presente el riesgo de las elecciones en Francia, Holanda, incluso Alemania... y también acababa de llegar Trump, quien ha sido muy importante para la divisa". No hay que olvidar las reiteradas declaraciones de miembros del gobierno estadounidense a favor de mantener bajo al dólar, para exprimir las exportaciones de productos americanos en el mundo.
El foco a otro sitio
Una vez pasaron las citas electorales, el foco de atención del mercado se desvió a los fundamentales de la moneda, centrándose en la mejora de la economía que estaba experimentando la región. Bernal destaca cómo "tras las elecciones, otro de los factores que impulsó a la divisa fue el repunte de la actividad económica, al hilo de lo que también estaba ocurriendo en Estados Unidos".
Esto quedó patente el 27 de junio, cuando Mario Draghi acudió al foro económico de Sintra y su discurso fue recibido con entusiasmo por los inversores, que compraron euros con avidez. En julio superó los 1,15 dólares por primera vez en más de un año, y las subidas continuaron, hasta incluso batir los 1,25 dólares a principios de 2018, un hito que no lograba desde hacía más de cuatro años, en diciembre del pasado 2014.
Los expertos prevén más subidas
El consenso de analistas que recoge Bloomberg espera que la divisa se mueva en el entorno de los 1,25 dólares durante el último trimestre de este año, y que en 2019 alcance los 1,28 dólares. Eso sí, ese nivel podría ser el techo para el cruce, ya que para 2020 la previsión es de que se mantenga, para caer hasta 1,27 dólares en 2021.