Divisas

El yuan marcará nuevos mínimos sin hacer temblar al mercado global

  • Se depreciará un 3% frente al dólar en lo que resta de 2017
  • China insiste en que no devaluará su moneda

El yuan, la divisa que puso contra las cuerdas al mercado en agosto de 2015 y, de nuevo, a comienzos de 2016 tras ser devaluada por las autoridades chinas, salió de la última reunión de la Reserva Federal (Fed) estadounidense, en la que Janet Yellen, la presidenta de la institución, anunció el primer incremento del año de los tipos de interés, en niveles de volatilidad mínimos y presumiendo de estabilidad.

Esta calma ha hecho que el yuan haya desaparecido del mapa de riesgos globales que manejan las principales firmas de inversión. Sin embargo, el conjunto de expertos que sigue su cruce frente al dólar cree que, en lo que resta de 2017, marcará un nuevo mínimo histórico, ya que los analistas estiman, de media, que se depreciará cerca de un 3%. Incluso, desde firmas de inversión como Rabobank, Barclays, Handelsbanken o RBC Capital Markets se espera una caída del yuan frente al billete verde de casi el 8%.

Unas previsiones que van en contra de los mensajes lanzados por los principales mandatarios de la segunda economía del mundo. En los últimos días, el actual primer ministro de China, Li Kequiang, ha querido dejar claro que el gigante asiático "no devaluará el yuan con el fin de impulsar las exportaciones" para allanar el camino a una futura reunión entre el presidente Xi Jinping y Donald Trump, que acusó a China de manipular la divisa precisamente con esa intención. Aún así, los analistas ven inevitable que el yuan se deprecie en los próximos meses ante el nuevo impulso que encontrará el dólar en las subidas del precio del dinero que se esperan en Estados Unidos.

"China ha logrado temporalmente estabilizar su moneda gracias a los estrictos controles de capital y a una pausa en la apreciación del dólar, pero creemos que el yuan continuará su trayectoria descendente mientras que el crecimiento de las exportaciones siga siendo negativo", opina el equipo de expertos del servicio de análisis de Bloomberg. "A pesar de que se intensificaron los controles de capital, todavía esperamos que el flujo de salida continuará", coinciden en Kasikornbank, firma de inversión tailandesa.

En línea con la Fed

Lo cierto es que Li Kequiang afirmó que la política monetaria de China irá en línea con la de la Fed para apoyar a su divisa. "No queremos una guerra comercial", recalcó. Dicho y hecho, un día después de la subida de los tipos de interés en Estados Unidos, el Banco Popular de China (BPC) elevó también el precio del dinero a corto plazo para, según la propia institución, contener la salida de capitales, mantener al yuan estable y controlar el crecimiento de la deuda. Con este movimiento, la economía asiática demostró que ya no está aislada de la Fed y de las condiciones financieras internacionales.

Para conocer más pistas sobre la estrategia de China, habrá que esperar a que se produzca la reunión entre Donald Trump y Xi Jinping, que, según fuentes citadas por Bloomberg, se estaría negociando para abril y en Florida (Estados Unidos). Según Víctor Alvargonzález, estratega de inversiones, éste es uno de los principales riesgos a los que se enfrenta el mercado. "Hay un Trump de mayor volatilidad que podría descubrirse en su relación con China", incide el experto. De momento, la primera piedra de toque, la visita del secretario de Estado de EEUU, Rex Tillerson, a China ha dejado buen sabor de boca.

Sin duda, el miedo a mayores barreras arancelarias y comerciales está presente en las estimaciones de muchos bancos de inversión, que, también es cierto, de forma general, admiten que "la situación es diferente a la de hace un año, cuando se temía un aterrizaje brusco de la economía del gigante asiático", según Lydia Kranner, analista de la entidad austriaca Raiffeisen Bank International, quien señala que, ahora, "parece que el crecimiento económico se ha estabilizado", aunque la experta advierte que en "los escenarios contemplados -crecimiento del PIB del 6,5% en 2017 y del 6% en 2018- no se incluyen ni el impacto de las posibles políticas proteccionistas de Donald Trump, ni el de una crisis financiera desencadenada por la deuda".

Según calcula, el riesgo de guerra comercial con Estados Unidos podría tener un impacto de hasta un 2,2% en el PIB de China, en un caso extremo -las exportaciones a Norteamérica representan el 18% del total- , y una crisis provocada por el alto endeudamiento de la economía "podría tener consecuencias imprevisibles a nivel global".

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