
Cada vez son menos los analistas que vislumbran tal posibilidad ante la expectativa de que el BCE moverá ficha a finales de año y las dificultades de Donald Trump para aprobar la reforma fiscal
En los últimos años, con la Reserva Federal retirando estímulos, y el Banco Central Europeo aumentándolos, la idea de ver al euro cambiándose por un dólar cobró mucha fuerza. Sin embargo, esta perspectiva parece haber sido enterrada por los analistas: el consenso de mercado no espera que esto tenga lugar, y está aumentando sus perspectivas alcistas para el euro, valorando una posible subida del precio del dinero en la zona euro mucho antes de lo esperado. Por ello, la media de analistas encuestada por Bloomberg ha dejado el mínimo del cruce del euro con el dólar en el entorno de los 1,04 dólares.
Estefanía Ponte, directora de estrategia de BNP Personal Investors, explica que "nunca hemos compartido un escenario de paridad, ya que implicaría, o bien una economía extremadamente fuerte en Estados Unidos, o bien una nueva recesión o crisis en la eurozona". Esta crisis bien podría aparecer en la región, teniendo en cuenta el calendario político. El Brexit, y el desplome que sufrió la libra tras el referéndum es un buen ejemplo de lo que podría ocurrir con el euro si ganase en un país como Francia la antieuropeísta Marine Le Pen. Sin embargo, este no parece ahora probable: las casas de apuestas no lo están valorando, y el pasado lunes la candidata ultraderechista perdió el debate electoral frente a Macron, lo que provocó que el euro subiese con fuerza y superase los 1,08 dólares por primera vez desde noviembre.
Ponte destaca la política monetaria como la clave para analizar el cruce: "Nuestro escenario para el par se basa en el diferencial de tipos de interés a 2 años entre EEUU y la eurozona. Barajamos para final de año un cambio en torno a 1,06 dólares". Unas perspectivas similares a las de los expertos de Citi, que apuntan que "la divergencia en la política monetaria entre Estados Unidos y otras regiones se estrechará". Y es que a la posibilidad de que el BCE suba tipos en su reunión de diciembre -el mercado le otorga un 55% de probabilidades-, se unen las perspectivas de la entidad estadounidense, que prevé que el BCE abrirá fuego elevando el "tipo de depósito a finales de este año".
Al otro lado del Atlántico, dos han sido los factores que han enfriado el rally alcista del dólar. Por un lado, la Fed, que reiteró su previsión de otras dos subidas de tipos en 2017, frente a las tres con las que comenzaba a especular el mercado, aunque Enrique Díaz-Álvarez, director de riesgos de Ebury, considera que existe margen para acelerar el ritmo, "a medida que los EEUU llegan al pleno empleo y veamos más presión al alza sobre los salarios". El otro factor es la fractura en el Partido Republicano que, de no suturarla, podría dejar en suspenso las propuestas de Trump que darían más alas al billete verde y que, en parte, ya habían sido descontadas por el mercado, como la rebaja del impuesto a la repatriación de beneficios. Su precedente -el recorte del 35 al 5,25% que llevó a cabo George W. Bush a finales de 2004- desencadenó el mayor repunte del dólar en su cruce frente al euro, el año siguiente, de toda su historia: un 14,6%.