Desarrollo sostenible

El plástico sale del vertedero para convertirse en generador de energía

No todo el plástico se puede reciclar. Al igual que ocurre con el papel, el plástico no soporta ser reutilizado de manera infinita, y tras varios procesos de reciclado queda inservible teniendo como único fin acabar sus días en los vertederos, donde tardará mucho tiempo en ser reabsorbido y su descomposición producirá grandes dosis de gases de efecto invernadero.

Para hacer frente a esta situación se ha diseñado el reciclado energético que consiste en quemar estos plásticos que dejan de ser útiles para generar energía. Esta solución ofrece dos ventajas, la primera es que se dejan de llenar los vertederos con plásticos altamente contaminantes, y por tanto se reducen las emisiones de gases de efecto invernadero que se producen en las zonas donde se acumulan los deshechos; y por otro lado, se desarrolla un sistema de generación energética que se puede poner en marcha en el mismo momento en el que se necesite.

En este sentido, los plásticos tienen más poder calorífico que el carbón o la madera, ya que puede generar 45 megajulios por kilogramo, mientras que el carbón sólo produce 28 y la madera 16. Asimismo se sitúa entre la gasolina y el gas natural, con una producción calorífica de 43 y 46 megajulios respectivamente.

Un primer paso

Teniendo esto en mente, la Agrupación Española de Fabricantes de Cemento, Oficemen, y Cicloplast, que representa a los productores y transformadores de plásticos en la promoción del reciclado de los plásticos, han firmado un acuerdo de colaboración para poner en marcha este tipo de reciclado y utilizarlo como combustible en las fábricas de cemento. Este acuerdo de 4 años de duración apuesta por la inclusión de este sistema de generación en las plantas cementeras, de forma que puedan desarrollar sus labores gracias a la potencia producida por el reciclado energético.

El Presidente de Oficemen, Jean Martin-Saint-Leon, aseguró en relación a este convenio que "esta iniciativa supondrá, además del ahorro de combustibles fósiles, la disminución de las emisiones de gases de efecto invernadero, ya que los vertederos españoles provocan el 3 por ciento de las emisiones. Por otro lado, la utilización de las cementeras para este fin evitará la inversión en nuevas instalaciones de gestión de residuos".

A la cola de Europa

Si bien España no es el país que menos apuesta por este tipo de reciclado, tampoco es uno de los más concienciados. Así, según se puede ver en el gráfico, tan sólo el 13 por ciento de los plásticos se destinan a reciclado energético, frente al 79 por ciento de Dinamarca o al 76 por ciento de Suiza.

Pese a que estamos entre los mejores del reciclado mecánico, que es el tradicional, no ocurre lo mismo con el reciclado energético, ya que nuestro país sólo se sitúa por encima de Reino Unido (con un índice del 7 por ciento) y Grecia (que ni siquiera desarrolla dicha actividad).

Por todo esto somos de los países que más plásticos enviamos al vertedero, un 67 por ciento, frente a los suizos que no desperdician ningún plástico o los daneses que sólo se deshacen del 3 por ciento.

Es notable, la diferencia entre los países nórdicos junto con Alemania y Suiza, que figuran entre los más concienciados y responsables con el medio ambiente, frente a los países Mediterráneos a los que se suma Reino Unido que se retratan como los más contaminantes con sus vertederos llenos de plásticos.

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