
El discurso electoral del independentismo se endurece. Aunque en los programas presentados para las elecciones del 21-D solo la CUP recoge abiertamente optar por la desobediciencia y la vía unilateral, a diez días de las elecciones diversos portavoces del resto de candidaturas independentistas ya han avanzado que la contemplan sin concretar, eso sí, ninguna fecha.
En el caso de Junts per Catalunya, fue el propio Carles Puigdemont el que señaló que era una posibilidad y este fin de semana ha sido Toni Castellà, líder de Demòcrates de Catalunya, que está integrado en la candidatura de ERC, el que ya ha adelantado que la independencia sin pacto es un escenario que se valora, en el caso de que el Estado se niegue a dialogar -es exactamente la misma excusa que se utilizó para declarar la independencia el pasado mes de octubre-.
Este giro en el discurso de Esquerra Republicana se produce después que los cupaires señalaran que no participarán en un Govern o investirán a un presidente de la Generalitat que descarte la vía unilateral, dado que para ellos Cataluña ya ha declarado la república y el siguiente paso es impulsar la entrada en vigor de la Ley de Transitoriedad e iniciar el proceso constituyente.
Este cambio, asimismo, contrasta con las palabras de Marta Rovira, secretaria general de ERC, que hace uno días señaló que la "unilateralidad" era un invento del Estado.
Además de la presión ante los posibles pactos, las encuestas electorales no son positivas para ERC, que está perdiendo escaños a favor de Puigdemont. La más reciente, publicada por La Vanguardia el domingo, señala que ERC obtendría entre 31 y 32 escaños frente a los 30 de JxCAT y los 30-31 de C's.
ERC está haciendo campaña sin Oriol Junqueras, que es el líder político mejor valorado por los catalanes, que se encuentra en prisión preventiva. El partido reclama que salga de la cárcel para poder concurrir al 21-D en igualdad de condiciones. Puigdemont está fugado, pero hace campaña desde Bruselas.