
Vueling ya tiene algunas previsiones sobre cuánto podría llegar a pagar en indemnizaciones si todos sus afectados reclamaran por los problemas que sufrieron en verano en forma de retrasos y cancelaciones en España.
La aerolínea que preside Javier Sánchez-Prieto se enfrentaría en ese caso a una compensación por daños y perjuicios de hasta 57 millones de euros, según los datos de la agencia de reclamación Gate28, a los que ha podido acceder elEconomista.
Entre junio y septiembre, Vueling registró en vuelos operados con origen y destino español, hasta 1.661 incidencias, un 44 por ciento más que el anterior.
Este dato tiene especial relevancia ya que el verano de 2015 tampoco fue operativamente usual para la aerolínea entonces comandada por Álex Cruz, pues sufrió problemas similares a los de este año, además de un incendio en el aeropuerto de Roma Fiumicino (donde tiene su segundo hub) e imprevistos meteorológicos en Islas Baleares.
De las 1.661 incidencias, 486 vuelos fueron cancelados y 1.175 llegaron con retraso. Los consumidores sólo pueden reclamar cuando estos contratiempos se producen por culpa de la firma. Por lo que hasta 1.272 vuelos tienen derecho a una compensación.
El momento del consumidor
Los datos estiman que los usuarios pueden reclamar hasta 57,2 millones de euros en su conjunto por los 1.272 vuelos. En ese caso, más de 190.000 pasajeros en España tienen derecho a indemnización. El peor día para volar con la compañía fue el 2 de julio, cuando se registraron 96 incidencias.La aerolínea ha descartado hacer comentarios al respecto.
Y es que la realidad, es que difícilmente Vueling llegará a pagar una indemnización millonaria, ya que no todos los pasajeros reclaman y es poco probable que lo hagan.
Vueling tendría que pagar 250 euros por pasajero si el trayecto es inferior a 1.500 kilómetros, y 600 euros si supera esta distancia. Estas incidencias prescriben en 10 años.
El problema fue que este verano la crisis operativa se desbordó. Vueling colapsó durante unas semanas el Aeropuerto de El Prat, especialmente a principios de julio. Entre las razones se cruzaron diversos elementos. Por una parte, la planificación errónea y la agresiva oferta con un calendario muy difícil de cumplir; y por otra la huelga de controladores en Francia.
Es por ello, además de la salida de Cruz para incorporarse a British Airways, que la compañía ha llevado a cabo en las últimas semanas una reorganización de su cúpula directiva y se ha replegado en algunas de sus bases, con el cierre de Catania y Palermo en Italia, y de Bruselas en Bruselas.