
Aunque el complejo momento político que viven España y Catalunya posponga otros debates, el de las pensiones no debería aparcarse ni un minuto más. En abril, el Idescat, el Instituto de Estadística de Catalunya, publicó sus previsiones de población activa a medio (2030) y largo plazo (2050). Más noticias en la revista gratuita elEconomista Catalunya
Es un informe que sólo difunde cada cinco años y el último nos adelanta que será necesario ahorrar más si se quiere mantener la calidad de vida al jubilarse.
Aunque los datos demuestran que el número de personas activas crecerá en el medio plazo en Catalunya, al alcanzar los 3,93 millones en 2030, las conclusiones también indican que, en comparación con las personas que ya no trabajan -por encima de las 65 años-, la relación se reduce y esto significa que habrá menos cotizantes para sostener el sistema de pensiones públicas.
Envejecimiento de la población
El envejecimiento de la población -que algunos expertos adelantan que sólo se solucionará con un nuevo boom migratorio- es la causa de este giro en la pirámide de población. Porque, aunque la población activa sea más numerosa en 2030 que ahora, se deberá a que habrá más senior trabajando.
Así, según las previsiones del Idescat, el número de personas con edades comprendidas entre los 55 y los 64 años que estarán en activo ese año en Catalunya será de 761.000, en comparación con las 541.000 de 2015 que recoge la Encuesta de Población Activa (EPA). Los cambios en la pirámide de envejecimiento provocan que el centro de gravedad de la población activa se haya desplazado en 2030 hasta la franja de 40 a 54 años, frente a los 25-39 actuales. La tasa de ocupación de las mujeres también aumenta.
Menos trabajadores por jubilado
Así, de acuerdo con datos de la EPA, que recoge el Idescat en su informe, en 2015 existían 2,84 personas en edad de trabajar por cada jubilado. Para el instituto general de estadística de Catalunya, esta cifra se habrá reducido hasta las 2,35 personas en 2030 -apenas dentro de 15 años- y a 1,57 en 2050, que será cuando comiencen a jubilarse las personas que hoy tienen treinta años; es decir, la generación de los millennials (véase gráfico).
Incluso con pleno empleo, para la hucha de la seguridad social -e Idescat sólo toma como referencia los datos de Catalunya- va a ser muy complicado mantener las pensiones actuales. Algo que hace todavía más necesario que se impulse de forma continuada el ahorro de cara a la jubilación, y se cree un marco estable y consensuado que no cree inseguridad. Esta situación, además, obligará a que se prolongue la edad de jubilación de manera obligatoria -que ya es efectiva-, o, si no, de forma voluntaria. El propio Idescat ya anticipa que el número de personas que se mantendrán en activo cruzada la barrera de los 65 será más abultado.
Así, espera que en 2030, casi el 12% de los catalanes que superen ese rango de edad continúen trabajando. El propio Idescat explica que estos datos ya recogen los cambios legislativos, que han retrasado hasta los 67 años la edad de jubilación. Y anticipa que en este caso habrá pocas diferencias entre hombres y mujeres, ya que espera que continúen trabajando un 12,9 y un 10,6%, respectivamente. La cifra es especialmente significativa si se compara con el dato de 2015, cuando estas cifras se situaban en el 4,6 y 2,6%, respectivamente.
La buena noticia para los jóvenes del futuro, es que el paro será más bajo que ahora. Se anticipa que en 2030 su tasa de ocupación aumentará al 55,6%.