
Decepción e incomprensión por el riesgo al que Artur Mas está exponiendo a Cataluña en su deseo de gobernar a toda costa. A medida que pasan los días y se comprueba que la CUP, un partido antisistema y anticapitalista, tiene en sus manos el futuro del Gobierno catalán, los empresarios, incluso algunos de los que tradicionalmente han estado cerca del president y a CDC, ponen distancia. Existen fuertes recelos ante la CUP, que es el único candidato a socio de gobierno para Junts pel Sí y que es un partido muy alejado de lo que se consideraría business friendly.
De hecho, la persistencia a mantener las negociaciones, a pesar de la negativa continuada de la CUP a investir a Mas presidente de la Generalita, no sólo ha provocado una fracción interna en CDC, sino que también, según ha podido saber elEconomista, ha impulsado que algunas familias empresariales, tradicionalmente cercanas a Artur Mas, como los Esteve, los Grifols, los Carulla o los Godó, puedan estar marcando distancias con Convergència y con el president. Mas todavía contaría con otros apoyos como, por ejemplo, con el del presidente del Puerto de Barcelona, Sixte Cambra.
Sorpresa y preocupación
El tejido empresarial, igual que muchos catalanes, está preocupado por el giro radical que ha dado la política de Convergència desde las elecciones autonómicas del día 27 de septiembre.
Cuando se planteó la alianza con ERC y las asociaciones independentistas de cara a las elecciones autonómicas de septiembre, CDC se aseguró ser la fuerza política con mayor peso dentro de Junts pel Sí. Sin embargo, a medida que se han ido sucediendo los meses, la situación ha cambiado. La aprobación de la declaración rupturista en el Parlament, en la que Cataluña no solo comienza su "desconexión con España", sino que se insta a romper la legalidad vigente, a la desobediencia al Tribunal Constitucional, y se adelanta que el nuevo Gobierno renegociará las condiciones de las concesiones, fue un punto de inflexión.
Tras los resultados de las elecciones generales del pasado 20 de diciembre, donde ERC obtuvo un escaño más que Convergència (Democracia i Llibertad), se ha comprendido, además, que el equilibrio de poder en JxSí puede haber cambiado. De hecho, incluso aunque finalmente la CUP decida apoyar la investidura de Artur Mas, será un presidente con menores poderes que en la anterior legislatura y ERC influirá muy directamente en las decisiones en materia económica.
Nombramiento de Junqueras
Se espera que Oriol Junqueras sea nombrado vicepresidente y presida la comisión que tome las decisiones en materia de política económica. La gobernabilidad de Cataluña, además, parece extremadamente complicada si hay que pactar con la CUP.
Evidentemente, también preocupa, y mucho, el impacto que pueda generar que se impulse el proceso independentista. El Círculo de Economía ya advirtió en el mes de noviembre que la aprobación de la declaración rupturista había provocado "efectos negativos ciertos y objetivos en las decisiones empresariales de inversión así como en localización de sedes corporativas en Cataluña".
Ayer tomaron el testigo Empresaris de Catalunya, cuyo presidente, Josep Bou, insistió en el dolor que genera a los catalanes ver "esa imagen de súplica a los antisistema", porque "lastra la imagen de Catalunya en España y el mundo".