Cataluña

El independentismo se queda con el apoyo expreso del 37% del censo

La diferencia de votos entre soberanistas y unionistas sólo ascendió a 117.579 sufragios La CUP descarta la declaración unilteral de independencia y rechaza investir a Artur Mas

Menos de cuatro de cada diez catalanes apoyan la independencia, una cifra que ayer al presidente de Gobierno, Mariano Rajoy, le parece suficiente para mantenerse inflexible frente a los soberanistas. Sin embargo, la lectura puede hacerse al revés y recordar que sólo cuatro de cada diez catalanes apostaron el domingo por candidaturas que defienden postulados contrarios a la independencia.

Cerrado el 100 por cien del recuento, los soberanistas lograron en las elecciones catalanas 1.957.348 votos (la suma de Junts pel Sí y la CUP), lo que supone exactamente el 36,84 por ciento del censo electoral (formado por 5.313.224 personas) . Por su parte, los unionistas (Ciutadans, PSC, Catalunya si que es Pot y el PP) alcanzaron los 2.074.927 sufragios, concretamente el 30,05 por ciento del censo. Entre una opción y la otra la diferencia fue de 117.579 votos, el 2,2 por ciento del censo total y una cifra muy próxima a los votos que logró Unió (102.870 papeletas)

De estos resultados se desprende que el electorado catalán está partido por la mitad y que la ley electoral, que favorece los territorios menos poblados, ha facilitado la mayoría absoluta en escaños al bloque independentista. La suma de todos estos factores ha configurado un parlamento catalán difícil de gobernar.

Papel decisivo de la CUP

En esta coyuntura, la CUP se alza como formación clave para formar gobierno. El cabeza de lista de la CUP, Antonio Baños, reconoció ayer que el plebiscito que su formación y Junts pel Sí veían en estos comicios "no se ha ganado", por lo que descarta una declaración unilateral de independencia (DUI). "La DUI iba ligada al plebiscito: no hemos ganado el plebiscito, luego no hay DUI", dijo Baños y apuntó que las candidaturas independentistas (Junts pel Sí y la propia CUP) no llegaron al 50 por ciento de votos. Sin embargo, constató que ambas listas sí vencen a los partidos claramente contrarios a la secesión.

La formación, que rechaza la pertenencia a Europa y organismos como la OTAN, rechaza investir a Mas presidente de la Generalitat. "Nuestra línea roja es que no reconoceremos ni trabajaremos con recortadores ni corruptos. Si en CDC encuentran a una persona libre de estas lacras, adelante", apuntó Baños.

Por su parte, el presidente de la Generalitat y número cuatro de Junts pel Sí, Artur Mas, hizo oídos sordos a las advertencias de la CUP y les tendió la mano para negociar la hoja de ruta hacia la independencia, aunque defendió que él es candidato a la presidencia y esto no cambiará pese a que la candidatura que encabeza Antonio Baños no lo vea claro. "Entre los acuerdos que tiene Junts pel sí, uno de ellos es que se me propondrá como candidato a la Presidencia de la Generalitat. No hay nada más que añadir". Mas indicó que la cita del domingo fueron unas elecciones plebiscitarias y que por lo tanto discutir quien será el presidente ahora "no es lo trascendental", sino que lo "importante" es saber si hay una mayoría absoluta de diputados que quieren declarar la independencia.

El número 10 de Junts pel sí, Jordi Turull (CDC), también se pronunció en la misma línea y se mostró confiado de que su candidatura se entenderá con la CUP. No obstante, reclamó que "más que poner condiciones con los nombres de las personas" hay que empezar por definir la hoja de ruta hacia la independencia.

Por su parte, la líder de Ciutadans en Cataluña, Inés Arrimadas, pidió unas nuevas elecciones autonómicas en Cataluña porque los resultados han dejado un panorama de "bloqueo institucional" y, en caso de que no se convoquen, abogó por liderar la oposición al ser la fuerza del no más votada.

En este sentido, se propone llamar a los líderes de los partidos antisecesionistas, incluido a Lluís Rabell (Catalunya sí que es pot) porque "ha llegado la hora de sumar y poner encima de la mesa los temas que unen a los catalanes". El objetivo de Arrimadas es "liderar un frente común" que permita aparcar el debate soberanista e impulsar políticas de regeneración, como un plan de choque contra el paro y el fortalecimiento de las políticas sociales. Rabell cerró la puerta a un acuerdo con la lista de Junts pel sí por considerar que su proyecto no tiene nada que ver con la hoja de ruta del líder de CDC, Artur Mas y lamentó que ahora les sitúen en el bloque del sí.

Por su parte, el secretario general del PSC, Miquel Iceta, descartó de plano apoyar las investidura de Artur Mas como presidente de la Generalitat.

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