
La población de Castilla y León disminuiría en 262.068 personas en los próximos 15 años, el 10,8 por ciento de la actual, y que situaría la población en 2.192.801 habitantes, según la proyección del Instituto Nacional de Estadística.
De esta forma, Castilla y León sería la segunda comunidad autónoma con mayor descenso porcentual en su población para los próximos 15 años, un 10,7 por ciento, sólo por detrás de Asturias (-11,1 por ciento), y la primera en términos absolutos.
El saldo vegetativo proyectado de Castilla y León indicaría un descenso que se incrementaría progresivamente desde los 11.883 habitantes que se perderían en 2015 hasta los 15.462 que lo harían en 2030.
A nivel nacional, España perdería 552.245 habitantes (un 1,2 por ciento) en los próximos 15 años y más de 5,3 millones (un 11,6 por ciento) dentro de 50 años, en caso de mantenerse las tendencias demográficas actuales.
De esta forma, la población en España se reduciría hasta los 45,8 millones en el año 2031 y los 41 millones en 2066. En caso de mantenerse las tendencias demográficas actuales, la población de España aumentaría levemente en 2016, para iniciar a partir de 2017 un descenso ininterrumpido en todo el periodo que abarca la proyección.
El INE subraya que la reducción de la población residente se debería, principalmente, al progresivo aumento de las defunciones y a la disminución de los nacimientos, fenómeno que sería especialmente acusado a partir del año 2040. Se produciría así un saldo vegetativo negativo en todos los años de la proyección, lo que supondría una disminución total de casi ocho millones y medio de personas en los 50 años proyectados.
Además, el número de nacimientos seguiría con una reducción en los próximos años, continuaría así con la tendencia iniciada en 2009. Así, entre 2016 y 2030 nacerían en torno a 5,3 millones de niños, un 22,0 por ciento menos que en los 15 años previos. En 2031 la cifra anual de nacimientos habría descendido hasta 335.937, un 19,5 por ciento menos que en la actualidad.
La proyección realizada contempla que la fecundidad de las mujeres mantenga una ligera tendencia al alza. Así, el número medio de hijos por mujer sería de 1,36 en 2031 y de 1,38 al final del periodo proyectado, frente al 1,33 actual.
La edad media a la maternidad, que se sitúa actualmente en 31,9 años, seguiría creciendo paulatinamente, hasta acercarse a los 33 años al final del periodo. El descenso en el número de nacimientos vendría determinado, sobre todo, por la reducción del número de mujeres en edad fértil. De hecho, el número de mujeres entre 15 y 49 años bajaría en 1,8 millones (un 16,6 por ciento) en 15 años, y en 3,5 millones en 50 años (un 32,7).
Por otro lado, la esperanza de vida al nacimiento alcanzaría los 83,2 años en los varones y los 87,7 en las mujeres en 2031, lo que supone una ganancia respecto a los valores actuales de 3,3 y de 2,3 años, respectivamente.
En 2065, de mantenerse la tendencia actual, la esperanza de vida de los hombres superaría los 88,5 años y la de las mujeres los 91,6 años.
De la misma forma, una mujer que alcanzase la edad de 65 años en 2065 viviría en promedio otros 28,2 años más (25,1 en los hombres), frente a los 22,7 años de supervivencia actuales(18,8 para los hombres).
El estudio también constata que el número de defunciones seguiría creciendo como consecuencia del envejecimiento poblacional. Así, en el periodo 2016-2030 se llegarían a registrar casi seis millones y medio de defunciones, un 12,7 por ciento más que las observadas en los 15 años previos (2001-2015).
En el año 2031 se producirían 452.026 fallecimientos entre los residentes en España y en 2065 se llegaría a 595.979 defunciones (frente a los 420.018 del año 2015).
Ante el descenso de la natalidad y el envejecimiento poblacional, en España habría más defunciones que nacimientos (saldo vegetativo negativo) durante los 50 próximos años.
En tres de las 17 comunidades autónomas el número acumulado de nacimientos superaría al de defunciones en los 15 próximos años. Se trata de Illes Balears, Comunidad de Madrid y Región de Murcia. Las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla presentarían también saldo vegetativo positivo entre 2016 y 2031.
De mantenerse la situación demográfica de la actualidad, la pérdida de población se concentraría en el tramo de edad entre 30 y 49 años, que se reduciría en 4,2 millones de personas en los 15 próximos años (un 28,5 por ciento menos) y en 6,0 millones hasta 2066 (un 40,1 por ciento menos).
Además, el descenso de la natalidad provocaría que en 2031 habría unos 1.210.000 niños menores de 10 años menos que en la actualidad (un 25,9 por ciento) y 1,7 millones menos en 50 años(un 35,3 por ciento inferior).
Por el contrario, la población se incrementaría en la mitad superior de la pirámide de población. De hecho, todos los grupos de edad a partir de los 70 años experimentarían un crecimiento de efectivos.
Dentro de 15 años en España residirían 11,7 millones de personas mayores de 64 años, tres millones más que en la actualidad (un 34,8 por ciento) y esta cifra se incrementaría hasta 14,2 millones de personas (un 63,1 más) en 50 años.
Por comunidades autónomas, sólo aumentaría la población en Región de Murcia, Comunidad de Madrid, Canarias, Illes Balears, Cataluña y en las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla, mientras que los mayores descensos, en términos relativos, los mayores descensos relativos se registrarían en Principado de Asturias (-11,1 por ciento), Castilla y León (-10,7) y Galicia (-8,5).