
La partida por el control del Banco de España comienza a coger crudeza a tan solo tres semanas de que Luis María Linde dé el portazo definitivo a su etapa como gobernador del organismo. Gobierno y PSOE están apurando hasta la recta final para negociar la sucesión a la autoridad bancaria nacional. Entre la variedad de nombres puestos sobre la mesa, dos candidatos, uno propuesto por cada formación, encabezan la carrera. Entre las condiciones, una clara: que tenga la aceptación generalizada de ambos partidos.
La tradición, hasta el momento, ha marcado que el Gobierno propone el nombre del gobernador y la oposición, el del subgobernador. Dos figuras muy bien diferenciadas puesto que la primera requeriría un perfil más político ya que conlleva una labor más institucional y con mayor exposición pública, mientras que la segunda exige un perfil de carácter más técnico, ya que es en el subgobernador sobre quien recae la máxima responsabilidad supervisora de la banca española, si bien es cierto que esta labor se ha visto bastante diezmada en los últimos años desde que se traspasó a Europa gran parte de las competencias de la supervisión bancaria.
Las propuestas siguen, pero dos nombres destacan: el de Fernando Becker Zuazúa y el de David Vegara Figueras. Economista, presidente del ICO desde 1996 a 1999 y director corporativo de Iberdrola hasta el pasado mes de febrero, la conexión de Becker con el PP va más allá de las siglas y entronca directamente con el propio presidente del Gobierno. Becker no solo comparte con Rajoy año de nacimiento, ambos son de 1955, sino que además fueron compañeros de aula desde su infancia en el Colegio de los Jesuitas de León. Además, la trayectoria personal del economista le acercó aún más al líder del Ejecutivo tras contraer matrimonio en la década de los ochenta con María Teresa Robles Fraga, hija de Carlos Robles Piquer y Elisa Fraga Iribarne. Ésta última, hermana del histórico dirigente, primero de Alianza Popular y después del PP, Manuel Fraga Iribarne. Cabe recordar que Mariano Rajoy dio sus primeros pasos en la política junto al fundador de Alianza Popular en Galicia. El presidente del Gobierno fue diputado autonómico de la región en 1981 y tan solo un año después fue nombrado por Fraga director general de Relaciones Institucionales de la Xunta. El propio Rajoy reconoció en 2012 que si él es presidente del Gobierno es porque Fraga le dio una oportunidad. Para Becker, el puesto de gobernador sería el colofón final a su carrera profesional, puesto que tras los seis años de mandato, abandonaría el organismo supervisor con 69 años.
El envite socialista pasa de momento por David Vegara. Nacido en Barcelona en 1966 y también economista, inició su trayectoria profesional a las faldas del Banco Sabadell en el departamento de análisis. Poco después saltó al Gobierno de Felipe González y desde entonces ha alternado su camino entre la empresa privada y la Administración Pública. Tras un breve paso por la Generalitat de Pascal Maragall, Rodríguez Zapatero lo volvió a rescatar como secretario de Estado de Economía con Pedro Solbes al frente del Ministerio. En la actualidad y desde 2015 es consejero independiente del Sabadell.
Dos hándicap muescan su posible candidatura. De un lado, Vegara tiene un perfil más político que técnico para enfrentar la misión del número dos del Banco de España. De otro, su repentino salto del Sabadell (una entidad supervisada por el organismo) a ser el responsable de la supervisión podría ser el chirrido que frenara su entrada en la autoridad nacional bancaria. No obstante, este último aspecto, aunque zumbe en los oídos de los negociadores, no representaría un problema real según marca la ley de incompatibilidades de cargos públicos.
Cupo femenino
Así, en las primeras negociaciones, al cupo femenino parece que ni se le ve ni se le espera, a pesar de haber saltado al menos dos nombres a la mesa: el de la ex secretaria general del Tesoro, Rosa Sánchez-Yebra, y el de la directora general adjunta del Mecanismo Único de Supervisión (MUS), Margarita Delgado. Sánchez-Yebra fue directora de Gabinete de Luis de Guindos y los mentideros señalan directamente al exministro como encargado de situarla en las apuestas. Aunque cuenta con perfil político, su candidatura al Banco de España pudo ponerse del revés con la misma diligencia que el titular de Economía se marchó al Banco Central Europeo (BCE).
De momento, así está la partida en unas negociaciones en las que al PSOE le costó lanzarse por el tobogán que indicaba "a jugar". Los socialistas ya dejaron en la estacada al Gobierno a finales de 2016 cuando Fernando Restoy dejó inesperadamente su cargo como subgobernador y había que sentarse a decidir el relevo. Entonces, Pedro Sánchez estaba enrocado en una guerra interna por liderar la formación, mientras el resto del partido se puso de perfil, dejando la elección en manos del PP. Ahora, los socialistas han apurado hasta el último momento para sentarse en la mesa después de que Ciudadanos, tras ser invitado a participar, rechazara la oferta por considerar el sistema de elección "decadente" al basarse en nombramientos "a dedo". El PSOE, que inicialmente se había sumado a la crítica del partido de Rivera, finalmente se dejó querer por el Gobierno y cedió, no sin olvidar antes comentar que también quiere pactar la renovación de la cúpula de RTVE.
Entre tantos acuerdos, el tiempo corre en contra para cerrar la sucesión. Sin embargo, todo apunta a que, como ya suele ser costumbre en el Gobierno de Rajoy, se apure hasta el último día y quizá, al igual que ocurrió con Linde, el nombre definitivo dé la gran sorpresa final.