El BCE urgió hoy a los bancos de la eurozona a "aprovechar los buenos tiempos" para reducir los créditos morosos, cuyo número es todavía "importante", así como a buscar formas de aumentar su rentabilidad en un entorno de tipos cero.
En su conferencia de prensa anual, la presidenta del Consejo de Supervisión del BCE, Danièle Nouy, afirmó que las entidades financieras de la región se han vuelto más resistentes ante las condiciones adversas y han aumentado su rentabilidad, aunque desde unos niveles muy bajos, informa Efe.
Informó de que en el tercer trimestre de 2017 los créditos morosos o con escasas garantías de pago (NPL por sus siglas en inglés) alcanzaban aún la suma de 760.000 millones de euros. Nouy dijo que, en los últimos años, estos activos se han reducido en cerca de 200.000 millones, pero consideró que "claramente continúan siendo un problema importante".
Aprovechar la recuperación
En este sentido, advirtió de que este tipo de préstamos reducen los beneficios, distraen recursos que podrían destinarse a un uso más productivo e impiden a los bancos "financiar la economía real". "También crean incertidumbre, lo que indirectamente puede afectar a los bancos más fuertes", afirmó, e insistió en que las entidades deben aprovechar "los buenos tiempos" actuales para disminuirlos.
Concretó esos "buenos tiempos" en el robusto crecimiento de la economía de la eurozona, el avance de la digitalización -que ofrece a los bancos la posibilidad de aumentar sus ingresos y reducir costes-, y la conclusión del acuerdo regulador de Basilea III y del marco de supervisión europeo, que tras cuatros años de vigencia, es ahora "estable y predecible".
Nouy alertó de que llevar los "problemas residuales de la crisis a la siguiente recesión no es una opción viable" y que cuando llegue la próxima será mucho más difícil para los bancos deshacerse de los préstamos morosos.
Asimismo, anunció que las nuevas normas que prepara el BCE que obligarán a los bancos a reservar más dinero para hacer frente a esos créditos, "podrían aprobarse" el próximo 1 de abril, tres meses más tarde de lo previsto inicialmente.
La responsable de Supervisión destacó que 2018 ofrece una "oportunidad ideal" a las entidades para afrontar el aumento de su rentabilidad y limpieza de sus balances.
Respecto a la rentabilidad, Nouy señaló que los bancos europeos han sido "lentos" en adaptarse al impacto de la crisis comparados, por ejemplo, con los de Estados Unidos, cuya caída fue mayor durante la recesión pero se recuperaron más rápidamente. Advirtió de que para algunos bancos la rentabilidad "sigue siendo muy baja", lo que incrementa la preocupación sobre su capacidad para afrontar los costes y su sostenibilidad a medio y largo plazo.
Por ello, aseguró que sólo los bancos que tengan un suficiente beneficio serán capaces de apoyar el crecimiento económico y continuar formando "colchones" de capital que les resguarden frente a los malos tiempos. "Está claro que los bancos deben encontrar maneras de hacerse más rentables sin incurrir en riesgos excesivos", señaló Nouy, e instó a las entidades a invertir en una buena gestión de riesgos.