
Morgan Stanley registrará un impacto de aproximadamente 1.250 millones de dólares en sus ganancias en el cuarto trimestre, y se convierte así en el último banco en detallar cómo se verán perjudicados sus beneficios en el corto plazo con la reforma fiscal en Estados Unidos impulsada por el presidente Donald Trump.
El impacto en los ingresos netos consiste en un cargo de aproximadamente 1.400 millones de dólares, principalmente al amortizar los activos por impuestos diferidos en EEUU, dijo la compañía en una presentación de documentos el viernes. Eso se compensa con una ganancia de aproximadamente 160 millones de dólares relacionada con una fiscalización tributaria de varios años. La disposición tributaria estimada se basa en presunciones hechas por la empresa y puede cambiar a medida que reciba aclaraciones adicionales, según la compañía.
Trump promulgó el mes pasado la reforma fiscal de los congresistas republicanos, su primera gran victoria legislativa. La medida reduce la tasa del impuesto de sociedades desde un 35% a un 21%, un recorte que podría beneficiar a algunos bancos. El plan también ofrece algunas exenciones temporales para otros tipos de negocios y personas.
Si bien los bancos se beneficiarán de la tasa más baja, la nueva ley implicará recargos en el corto plazo dado que las ganancias en el extranjero se enfrentan a impuestos y el valor de los activos por impuestos diferidos disminuye. Goldman Sachs reveló la semana pasada que sus ganancias se reducirían en unos 5.000 millones, principalmente por el impuesto de repatriación, mientras que Bank of America anunció un cargo de 3.000 millones.
Citigroup ha indicado que espera un impacto de hasta 20.000 millones de dólares, principalmente por la amortización de activos por impuestos diferidos. Eso era según una versión anterior del plan. JPMorgan Chase y Capital One Financial advirtieron que los cambios tributarios también podrían afectar a sus ganancias.