
J.P. Morgan, capitaneado por Jamie Dimon, ha comenzado con una oleada masiva de despidos que prentenden eliminar un total de 5.000 empleos antes del año que viene, según adelanta el Wall Street Journal. Estos recortes forman parte de su plan para eliminar alrededor del 2 por ciento de su fuerza laboral.
Según apunta el Journal, el banco estadounidense quiere continuar adaptándose a la era digital y operar buena parte de sus 5.570 sucursales con los últimos avances tecnológicos, que requieren menos empleados. De acuerdo a los cálculos de Dimon, presidente y CEO del banco más grande de EEUU, cada oficina perderá al menos un empleado durante los próximos dos años.
De momento, J.P. Morgan ya ha efectuado alrededor de 1.000 de los 5.000 despidos previstos, que no sólo afectarán a sus sucursales sino también a otros departamentos, como el de asuntos legales, cuyo incremento de personal ha sido la norma especialmente tras la crisis financiera.
El banco cuenta con alrededor de 40.000 empleados en todo el mundo después de que el año pasado eliminase cerca de 7.900 trabajos relacionados con su área de préstamos hipotecarios y tras la salida de varias áreas de negocio.