
Mañana echa a andar uno de los pilares de la Unión Europea: la unión bancaria. Tras meses de negociaciones, este martes comienza a operar el Mecanismo Único de Supervisión Bancaria (MUS), un nuevo órgano comunitario que velará por el buen funcionamiento de 128 bancos de la zona del euro, quince de ellos españoles, que a partir de ahora tendrán que obtener el visto bueno de este organismo para sus compras en el extranjero o su política de dividendos.
En definitiva, de lo que se trata es de que no haya bancos alemanes, franceses, italianos o españoles, sólo europeos. Para ello, el MUS contará con la visión y profesionales de los bancos centrales de los 18 países de la zona del euro -que serán 19 cuando se integre Lituana- y con el Banco Central Europeo (BCE), que se ha reforzado con unos 1.000 trabajadores, de los cuales 750 son supervisores y otros 250 están en áreas comunes o transversales.
Lección de la crisis
La creación de este organismo responde a la intención de sacar una lección de la crisis y poder, entre otros fines, diseñar una solución con anterioridad de forma conjunta a futuros problemas de la eurozona.
El primer paso para reforzar el sistema, de hecho, fueron los test de estrés y el mecanismo único de resolución bancaria culmina el proceso. En este camino, para garantizar una supervisión eficaz, las entidades de crédito se clasificarán como "significativas" y "menos significativas", corriendo la vigilancia de las primeras directamente a cargo del BCE y reservando a las autoridades nacionales la supervisión de las segundas. De hecho, en la práctica será un equipo de supervisión el que realiza el seguimiento de cada entidad, con equipos in situ en cada banco.
Además de las entidades comunitarias, los estados miembros de la UE no pertenecientes a la eurozona podrán participar en el MUS voluntariamente aquellas autoriades que colaboren con el BCE.