Banca y finanzas

Ana Botín pide una regulación compatible con dar créditos

En la imagen, Ana Patricia Botín. Foto: Archivo

La presidenta del Santander, Ana Patricia Botín, avisó ayer sobre el riesgo que supone para el desarrollo normal de la actividad bancaria, donde otorgar crédito a la economía es la principal función, la imposición de regulaciones mal calibradas. "Necesitamos encontrar el equilibrio adecuado entre objetivos que compitan entre sí: reforzar el capital y la liquidez; reducir la complejidad; facilitar la resolución de entidades; y mejorar el gobierno corporativo, todo ello permitiendo que los bancos contribuyan al crecimiento", reivindicó en un foro nutrido de autoridades regulatorias.

El Santander celebraba su conferencia de Banca Internacional y entre los ponentes se dieron cita el director general del Banco Internacional de Pagos (BIS), Jaime Caruana; el vicepresidente de la Comisión Europea, Joaquín Almunia, el ministro de Economía, Luis de Guindos, y responsables de los bancos centrales de Reino Unido o Brasil.

La banquera subrayó que con el plan de reformas lanzado por los líderes mundiales del G20 en 2009, el capital bancario se ha multiplicado por siete según el Financial Stability Board (FSB). Los gravosos rescates de entidades inclinaron a gobiernos y autoridades a cambiar reglas para prevenir una repetición de esa situación, reforzando la solvencia de las entidades y sentando las bases para que rescates ulteriores los costeen ellas y no el Erario.

Botín demandó certidumbre y que antes de decidir los flecos regulatorios pendientes se pondere bien si la reforma "permite a los bancos cumplir su función -ayudar a la gente y a las empresas a progresar-". A su juicio, separar o prohibir líneas de negocio puede ayudar a reducir la complejidad de determinadas instituciones, a riesgo de "reducir el acceso a los servicios bancarios y aumentar el precio" de ciertos productos a particulares y pymes.

Un ratio de apalancamiento como contempla Basilea III entorpecería la planificación de solvencia a los bancos y podría, subrayó, ser una condición "demasiado estricta" para algunos. En tercer lugar alertó sobre los esquemas barajados para garantizar mayores absorciones de pérdidas si empujan a las entidades a tomar deuda en lugar de los depósitos de clientes que caracteriza la banca minorista.

La banquera reclamó al tiempo "más claridad sobre la cantidad y estructura de capital" para poder planear y comunicar a los inversores, "la rentabilidad que pueden esperar" de las entidades, de cuyo rol para el progreso de la economía realizó una viva defensa.

Negligencia de banqueros

Según Ana Botín, la función de los bancos es "contribuir al crecimiento, generar riqueza", empleo e "invertir" donde desarrollan la actividad. La perversión o frustración de este propósito impide, dijo, que los bancos prosperen y la sociedad.

En este punto reprobó que "demasiados banqueros perdieron de vista este objetivo en los años anteriores a la crisis económica" deteriorando la imagen del sector, en alusión a los escándalos que rodean a las cajas auxiliadas por el Estado. "Como sector, perdimos gran parte de la confianza que la sociedad había depositado en nosotros", subrayó. Para recuperarla, abogó por "repensar" cómo "se hacen las cosas" con empleados, clientes, accionistas y la sociedad. "Si actuamos con negligencia -remachó-, se destruye la confianza" en la banca.

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