
¿Se puede vivir sin el 'dinero de plástico'? ¿Qué supone pagar solo en efectivo? ¿Y pagar solo con tarjeta? Un estudio de la Revista Índice cifra en 833.905 millones lo que los españoles gastan cada año en vivir. Es decir, en alimentación, ropa, vivienda, transporte...
Para sufragar la mayoría de dichos gastos se recurre al dinero en efectivo, aunque gracias a la domiciliación de recibos, los pagos con tarjeta y las transferencias se pueden ahorrar muchas excursiones a la sucursal bancaria.
Cajeros aparte, los españoles prefieren relacionarse con los bancos a través de Internet y las aplicaciones móviles, más que en otros países como EEUU, Alemania o Reino Unido, según un estudio de BT y Avaya.
Uso de los cajeros
En España en 2012 se hicieron un total de 928 millones de retiradas de efectivos de los cajeros, en las que se sacaron un total de 110.570 millones de euros, según el Banco de España.
Se pasa una media de 28 minutos al mes en los cajeros, con una media de 83 visitas al año, tal y como publico esta semana el New York Times, citando a la universidad de Tufts. Al final, son más de cinco horas y media cada año frente a una pequeña pantalla que quizá se pudiesen invertir en otra cosa.
La cantidad media que se saca a través del cajero ha aumentado un 4,2% en cada operación respecto a otros periodos, hasta alcanzar los 119,12 euros. ¿Qué se hace con ese dinero? La mayoría de familias no lo sabe. Según los expertos de ESADE, más del 85% de las familias españolas no saben exactamente lo que se gastan cada mes. Sólo una tercera parte está al día de cuáles son los ingresos y gastos con precisión.
Para formar parte de esos "buenos gestores", existen numerosas herramientas online que ayudan a llevar las cuentas al día, y saber exactamente cómo y en qué gastas tus iongresos. Por ello nació Fintonic.
Pros y contras del efectivo
El pago en efectivo, con billetes o monedas, incluso cuando tienen el aspecto de haber sido atropellados por un caión o los han pintarrajeado, será aceptado en todas partes. No es necesario identificarse para hacer uso de él.
Sin embargo, disponer solo de efectivo también puede causar problemas. Podemos provocar caer en la tentación de hacer compras impulsivas -"lo tengo, lo gasto"-, pueden robarlo, y no sirve para comprar por Internet.
Las tarjetas también tienen sus ventajas, empezando por la seguridad. Además, evita que la cartera esté llena de billetes, algo que debe ser incomodísimo. Si roban una tarjeta, es muy difícil que puedan tener acceso a la cuenta. Asimismo, el dinero de plástico permite pagar a crédito, una posibilidad muy útil.
El problema de las tarjetas son sus costes, tanto de mantenimiento como por el uso habitual. La media es de 20 euros por tarjeta al año.
Además, existe una limitación por ley respecto al pago en efectivo, para luchar contra el fraude. No se pueden pagar 'en mano' más de 2.500 euros, siempre y cuando una de las partes sea empresario.
Hay un factor en el que tarjetas y efectivo empatan: la falta de higiene. Los billetes y las monedas son grandes portadores de bacterias y gérmenes, mientras que usar un cajera automático es, sanitariamente, lo mismo que acudir a un servicio público.
El efectivo cuesta
A nivel macroeconómico, el efectivo cuesta dinero al Estado. En la UE el montante ha sido de 20.000 millones en 20 años, según PSE Consulting. Se debe a que Europa es 'efectivo-céntrica', es decir, las tarjetas no acaban de convencernos. Al año se producen 46.000 billones de transacciones, de las cuales el 85% son en efectivo.
Los pagos electrónicos suponen el 9%, las tarjetas el 5 o 6%, mientras que los cheques suponen solo un 1% del total.
En España hay tres redes de cajeros: Servired, Red 4B y Euro6000. Entre las operaciones que podemos realizar en los cajeros, según el Banco de España. En 2009 había unos 60.000 cajeros en todo el país, cifra que ha disminuido con la crisis hasta los 54.143.
Pero mientras se reduce el número de cajeros, aumentan las tarjetas de crédito y débito. Circulan 68,3 millones de tarjetas por España.
Si tienes más de una tarjeta, y quieres estar al tanto de todos los movimientos, no te olvides de Fintonic. No hace falta enredarse con Excel, ya que con un vistazo puedes ver en que estás gastando el dinero gracias a esta herramienta.