Con ayuda de las políticas públicas europeas, debe estimularse la demanda del mercado por productos y servicios sostenibles, aunque tengan un coste mayor.
Hace menos de un año, la Comisión Europea identificó cuatro grandes pilares sobre los que construir la recuperación y el crecimiento en la próxima década. Como parece lógico, una de las grandes vías de crecimiento descansa en impulsar nuevas inversiones, pero la Comisión señala concretamente 6 áreas de oportunidad empresarial donde concentrará los estímulos. Una de ellas es el dimensionamiento sostenible de toda actividad industrial, y en esta área surge el interesante concepto del ecodiseño.
De forma muy resumida, podemos entender el ecodiseño como la forma de concebir todo producto o servicio de forma que tanto su producción, como su uso y posterior destrucción tenga el menor impacto ambiental, consumiendo la menor cantidad de recursos naturales y energía posible. Aunque quizá todo concepto relacionado con lo ecológico parece algo ya muy asentado en el sector empresarial europeo, la realidad productiva aún difiere bastante de las declaraciones y comunicados. Queda aún mucho camino por recorrer, en especial en la fase de diseño, lo cual supone un gran desafío y una gran oportunidad de desarrollo económico.
Esta gran oportunidad es aún más notable en sectores tradicionales como el de la construcción o el de materiales para la construcción (muebles, piedra, cerámicos, etc.). Estos sectores, con una contribución muy importante al PIB nacional (y europeo) y muy intensivos en consumo de recursos, deben ser conscientes de que cualquier oportunidad de competir a nivel global con empresas con costes de producción mucho más reducidos pasa por diferenciarse mediante el diseño de sus productos. Y en el diseño, la consideración de la reducción de la denominada huella de carbono del producto es el principal camino a seguir.
El desafío industrial del ecodiseño sin duda impulsará la innovación empresarial pues han de resolverse gran cantidad de problemas tecnológicos concretos que permitan optimizar el consumo de recursos naturales. Es lo que el Informe COTEC 2013 denomina la "innovación verde". Pero también existe un importante desafío social asociado puesto que, con ayuda de las políticas públicas europeas, debe estimularse la demanda del mercado por productos y servicios sostenibles, aunque tengan un coste mayor. El sector empresarial español debe apostar por un crecimiento verde e innovador.