A corto plazo, la debilidad de la demanda interna y las necesidades de consolidación fiscal pesarán más que las mejoras en exportación.
Las exportaciones de Andalucía están mostrando datos positivos. De enero a julio de 2012 su valor fue de unos 15.000 millones, cantidad sólo superada por Cataluña y Madrid. Andalucía parte de cifras muy inferiores a otras comunidades con tradición exterior: sus exportaciones sólo suponen el 10,5 por ciento del PIB regional. La producción está más orientada a la propia Comunidad y al resto de España, que atraviesan una situación muy deprimida.
Lo interesante es que se observan indicios de que la comunidad está mejorando significativamente en su proceso de internacionalización. Ha sido la que más aumentó sus exportaciones entre enero y julio de 2012 -un 12,9 por ciento- cifra que triplica la media nacional -3,7-. Ya en 2011 pasó a ser la segunda comunidad que más avanzó en actividad exportadora: 21,7 por ciento, sólo por detrás de Castilla-La Mancha.
Por destinos, la zona euro sigue siendo el principal demandante: representó el 40 por ciento del total de exportaciones en los siete primeros meses de 2012. Alemania y Francia, con crecimientos cercanos al 13 por ciento, siguen siendo los países con los que Andalucía mantiene mayor actividad comercial, esto es un buen índice de la competitividad de los productos andaluces.
También la demanda de turismo extranjero sigue creciendo, lo hizo un 4,4 por ciento en los primeros ocho meses de 2012, muy superior al crecimiento del 1,3 a nivel nacional. Como el turismo nacional ha descendido un 5,4 en ese período, el saldo turístico de la región arroja una contracción del 1,6 por ciento aunque esta cifra es mejor que la del promedio nacional: -2,1.
En resumen, Andalucía se está comportando mejor que el resto de España en sus relaciones con exterior. Pero sus importantes debilidades, deuda privada y pública y desempleo estacional, lastran su demanda interna y hacen que esto no sea suficiente. Para 2012 y 2013, BBVA Research prevé contracciones del PIB del 2 y 1,8 por ciento, respectivamente, superiores a las que prevé de media en España para esos años: 1,4 y 1,4.
A corto plazo, la acusada debilidad de la demanda interna y las necesidades de consolidación fiscal pesarán más que las mejoras en el sector exterior. Si la región consigue seguir mejorando sus ratios de productividad y aumentar el empleo, a medio plazo podrá recuperar la convergencia de su PIB per cápita con el conjunto de España.