
En un mundo cada vez más global, uno de los mejores restaurantes está aislado de la civilización. Se trata del Fäviken Magasinet, el restaurante del galardonado chef Magnus Nilsson que se encuentra en pleno corazón de Suecia. Concretamente, a unos 700 kilómetros de Estocolmo. Allí, en un paisaje frío y poco acogedor, se alza una finca que comienza acaparar los focos de medios y críticos gastronómicos.
Degustar sus platós es un lujo al alcance de muy pocos y no precisamente por su precio -poco más de 100 euros-. Dejando a un lado su dificultoso acceso, el mayor problema es el reducido número de asientos que ofrece su comedor: tan sólo 16. Esto se suma a que sus fuegos -Nilsson no utiliza fogones, imitando la comida nórdica de sus antepasados- sólo se encienden cuatro noches por semana durante poco más de la mitad del año, lo que hace que su kilométrica cola de espera avance con lentitud. Tanto es así que, en 2016 el chef calculó que sólo unas 5.000 personas habían estado ahí desde que se puso al frente de la finca en 2007. Exclusividad en estado puro.
El sello que imprime Nilsson hace de Fäviken Magasinet una vivencia única. Obsesionado con hacer la verdadera comida que hacían sus antepasados en esa zona, cocina sólo con fuego y exclusivamente productos que él mismo recolecta o caza. Además sólo permite a los invitados quedarse una única noche que, eso sí, culmina con un desayuno inolvidable. Consciente del cansancio que provocaba en los invitados viajar hasta su restaurante y harto que le preguntasen en que lugar de la zona podían alojarse, ha decidido empezar un nuevo proyecto para ayudarles.
Aprovechando que a media hora de la finca está uno de los mejores destinos para esquiar en Suecia, la ciudad de Are, el chef ha decidido construir un club privado para los invitados de Fäviken. Inaugurado a principios de año, su ubicación es desconocida, estando cerca de su calle principal en una puerta sin marcar. Dentro se encuentran varias mesas y sillones hinchables para unas 30 personas. No hay carta, aunque la comida no es un problema, ya que el propio Nilsson prepara una comida de estilo familiar.