Belleza

La industria de la belleza europea tampoco se libra de las amenazas arancelarias de Trump

El sector de la belleza en Europa también se enfrenta a un escenario de incertidumbre ante la posibilidad de que Donald Trump imponga aranceles (del 25 %) a las importaciones de cosméticos y fragancias procedentes de la Unión Europea (UE). La medida podría afectar gravemente a la industria, que en 2023 exportó productos a Estados Unidos por valor de 4.960 millones de dólares, según la Federación de Empresas de la Belleza (FEBEA), la principal asociación del sector en Francia.

La industria de la belleza en Europa se prepara para un posible golpe que podría alterar significativamente su relación con el que es, a día de hoy, uno de sus principales mercados.

Estados Unidos es un mercado estratégico para la belleza europea. En Francia, líder en exportaciones de fragancias y cosméticos dentro de la UE, el caso puede llegar a niveles dramáticos: En 2023, las ventas de productos franceses a EE. UU alcanzaron los 2.800 millones de euros, representando la segunda mayor fuente de ingresos para la industria francesa. Le siguen Italia, España, Alemania y los Países Bajos como principales exportadores de belleza dentro del bloque comunitario.

Xavier Gueant, director de asuntos jurídicos e internacionales de FEBEA, ha calificado la situación como "extremadamente precaria". La posible imposición de aranceles genera inquietud entre los fabricantes europeos, que ya han vivido episodios similares en el pasado con la administración Trump.

Hasta ahora, las amenazas de Trump se han centrado en otros sectores, pero la incertidumbre es alta. Recientemente, el presidente ha planteado la posibilidad de aplicar un arancel del 200 % a las bebidas alcohólicas europeas en respuesta a la decisión de la UE de gravar con un 50 % las bebidas espirituosas estadounidenses. Además, la UE ha anunciado represalias con aranceles sobre productos estadounidenses valorados en 26.000 millones de euros a partir del 1 de abril, en respuesta a los aranceles del 25 % impuestos por EE. UU. al acero y el aluminio europeos.

La posibilidad de que los cosméticos y fragancias sean incluidos en la lista de productos afectados preocupa especialmente a las empresas del sector. El 26 de febrero, Trump mencionó la idea de aplicar un arancel general del 25 % a los productos de la UE, lo que podría impactar a la industria de la belleza junto con otros bienes de lujo.

Las amenazas de Trump generan incertidumbre en la planificación empresarial. Marc Puig, presidente y director ejecutivo del grupo español Puig, abordó la cuestión durante la presentación de los resultados anuales de la compañía en 2024.

"Gracias a la solidez de nuestras marcas y nuestros márgenes brutos, podemos afrontar los aranceles en cierta medida", afirmó Puig. No obstante, reconoció que si finalmente se impone un 25 %, la empresa deberá reevaluar su impacto en los márgenes de beneficio.

Astrid Hermann, directora financiera de Beiersdorf AG, señaló que el 66 % del negocio de la compañía en EEUU procede de productos fabricados fuera del país, en su mayoría en México. Un arancel del 25 % a las importaciones mexicanas podría reducir en 50 puntos básicos el margen de su negocio de consumo, aunque la empresa estudia medidas para mitigar el impacto, como el aumento de inventarios o posibles subidas de precios.

Hermann destacó la importancia del mercado estadounidense para Beiersdorf y su intención de seguir expandiéndose en el país con marcas fuertes y nuevos lanzamientos.

Estados Unidos: un mercado clave para la belleza europea

EE UU es un mercado estratégico para la belleza no solo por su tamaño, sino también por su demografía. Se espera que en los próximos cinco años el número de consumidores potenciales aumente en 12 millones, impulsado principalmente por la población latina, que muestra un gran interés en el maquillaje y las fragancias.

Además, la población multirracial en EEUU se ha triplicado en la última década y representa ya el 10 % de la población total, lo que genera nuevas necesidades de belleza y oportunidades para las marcas que apuesten por la diversidad.

Otro factor clave es el poder adquisitivo: EE UU alberga un tercio de los consumidores con alto poder adquisitivo del mundo y genera el 60 % del gasto global de este segmento.

Multinacionales como L'Oréal, LVMH Moët Hennessy Louis Vuitton y Beiersdorf ya cuentan con plantas de producción en EEUU, lo que reduce su exposición a los aranceles. Sin embargo, las pymes, que no fabrican en territorio estadounidense, serían las más perjudicadas.

Según FEBEA, las pymes representan más del 80 % de las empresas del sector en Europa. Muchas de ellas han diseñado sus estrategias de exportación para 2025 con EEUU como mercado clave, por lo que un arancel del 25 % supondría un golpe significativo.

Gueant subraya la preocupación de la industria: "Es un gran desafío, ya que muchas empresas deben replantear su diversificación de mercados".

Si los aranceles sobre la belleza europea se materializan, la UE podría tomar represalias, lo que afectaría al comercio de productos estadounidenses con el bloque comunitario. En 2023, las exportaciones de cosméticos y fragancias de EEUU a la UE ascendieron a 2.160 millones de dólares.

España no está entre los principales importadores de belleza norteamericana, una lista que encabeza Francia, el mayor importador de productos de belleza estadounidenses, seguida por Alemania, los Países Bajos, la República Checa y Polonia. Un enfrentamiento arancelario perjudicaría a ambas partes.

Esta situación recuerda a la guerra comercial de 2018, cuando Trump impuso aranceles del 25 % al acero y del 10 % al aluminio de la UE. En respuesta, la UE aplicó un 25 % a ciertos productos estadounidenses, incluidos cosméticos como maquillaje de ojos, esmaltes de uñas y productos para el cuidado de la piel.

Actualmente, los aranceles sobre los productos de belleza entre EEUU y la UE son relativamente bajos, en torno al 5 %. Sin embargo, un incremento hasta el 25 % tendría consecuencias directas en los precios, los márgenes de beneficio y la competitividad de las empresas europeas en el mercado estadounidense.

Marie Audren, directora de asuntos públicos y comunicación de FEBEA, advierte: "Un aumento repentino afectará a toda la cadena de valor: desde los proveedores hasta el precio final para el consumidor".

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