Hay algo profundamente injusto en que, además de lidiar con el acné en la cara durante años, también me tocase enfrentarlo en la espalda. No una vez. No dos. Durante años. El mío era de esos casos persistentes y hormonales, que no cedían con nada. Hasta que, después de mucho tiempo de sufrimiento y visitas médicas, terminé haciendo dos tratamientos completos de Dercutane (isotretinoína al 20%). Y, aun así, sigue apareciendo en determinados momentos del ciclo o del estrés. Sí, es frustrante. Mucho, pero sufro de acné hormonal y lo he asumido –en parte porque lo mantengo a raya y (por fin) puedo lucir mi espalda y ponerme tops y vestidos sin miedo ni inseguridades–.
Durante los peores años, el acné en la espalda me condicionaba por completo: evitaba camisetas de tirantes, tops palabra de honor, bikinis. ¿El resultado? Adiós verano, playa y piscina. Y también, hola ansiedad, inseguridad y vergüenza. Porque, aunque no se hable tanto de ello, el acné corporal sigue siendo un tema tabú. Y no, no debería serlo.
¿Por qué aparece el acné corporal?
El acné corporal, al igual que el facial, es una inflamación del folículo pilosebáceo. Así lo explica la Dra. Cristina Eguren, dermatóloga y fundadora de Clínica Eguren: "Se produce cuando hay un aumento de secreción sebácea, obstrucción del poro y proliferación bacteriana, principalmente por Cutibacterium acnes, lo que desencadena una respuesta inflamatoria. La obstrucción del poro la veremos en forma de comedones (puntos negros y blancos) y lesiones inflamatorias (granos rojos, pústulas, nódulos y quistes)".
Es decir, que no se trata solo de una cuestión de higiene, sino de un proceso inflamatorio en el que entran en juego factores hormonales, bacterianos, genéticos… Y sí, también algunos hábitos de vida. "La causa principal es la influencia hormonal, fundamentalmente de los andrógenos u hormonas masculinas. Otros factores implicados pueden ser la sudoración y fricción, especialmente con ropa deportiva, el uso de productos comedogénicos, el estrés, la higiene deficiente tras el ejercicio físico y la genética", añade la doctora Eguren.
Zonas más frecuentes: no estás sola si te pasa justo ahí
Aunque la espalda suele ser la estrella indeseada del acné corporal (como en mi caso), no es la única zona en la que aparece. "Las zonas más frecuentes son la espalda, alta y media, los glúteos, la parte posterior de los muslos, el pecho y los hombros. Estas áreas tienen una mayor densidad de glándulas sebáceas y están más expuestas al sudor y a la fricción", cuenta la dermatóloga. Lo peor es que, al no ser tan visibles como el rostro, muchas veces no se habla de ello. Lo tapamos. Lo silenciamos. Y eso solo profundiza la herida emocional.
El acné corporal no solo deja marca en la piel. También lo hace en la autoestima. "No diría que más, pero sí que se infravalora su impacto emocional. Condiciona la forma de vestir, la vida íntima, e incluso la práctica de deporte o ir a la playa", afirma la doctora. Y te juro que lo entiendo. Yo dejé de nadar, de usar vestidos abiertos por la espalda, de hacerme fotos en verano. Porque sentía que tenía que taparme. Me daba vergüenza, estaba frustrada y empezaron a crecer mis inseguridades. Que, por cierto, nadie entendía por qué eso me causaba un problema, lo llamaban "tontería estética".
Pero, ¿cuántas personas sufren acné corporal (aunque no lo digan)? Según la experta, "se estima que entre el 20 y el 60% de las personas con acné facial también presentan acné corporal en algún momento. En general, en la adolescencia es más frecuente en hombres, por la mayor producción sebácea. En la edad adulta, sobre todo en mujeres, puede aparecer asociado a desequilibrios hormonales, estrés o síndrome de ovario poliquístico". ¿La traducción? No estás sola. No eres la rara. Y no eres menos por tenerlo.
Cómo tratar el acné corporal (de verdad)
En mi caso, como os decía, tuve que recurrir a dos tandas de Dercutane. Pero la clave, y esto lo aprendí a base de mucho ensayo-error, está en abordar el problema de forma integral, más allá de una sola pastilla o crema. La dermatóloga lo resume muy bien: "En Clínica Eguren tratamos el acné corporal combinando cuatro pilares fundamentales: tratamiento tópico cosmético, tratamiento medicamentoso, procedimientos médicos avanzados y abordaje sistémico con especial énfasis en la nutrición y la microbiota". Entre los tratamientos que menciona, destacan:
- Kleresca, una terapia de luz fluorescente que reduce la inflamación.
- Peeling de salicílico, ideal para zonas grasas y comedones.
- Láser de picosegundos, para tratar hiperpigmentaciones y cicatrices.
Además, conviene revisar los productos que usamos a diario: geles de ducha, aceites corporales, cremas… Muchos son comedogénicos, es decir, obstruyen el poro. También conviene extremar la higiene después de entrenar, evitar tejidos sintéticos y lavar bien la ropa deportiva tras cada uso.
Que no te dé vergüenza pedir ayuda
El acné corporal no tiene por qué ser un secreto, ni una condena. Yo pasé por años de inseguridad y frustración. Hoy, aunque sigue apareciendo en determinados momentos (porque es hormonal), ya no me define. Y, sobre todo: ya no me escondo. He aprendido a convivir con él, a tratarlo bien y a no dejar que me robe más veranos. Y si tú también lo sufres, lo primero que quiero decirte es esto: no es tu culpa. Ni eres la única. Busca ayuda profesional. Habla de ello. Y, sobre todo, no dejes que un problema de piel te impida disfrutar del sol, del mar o de un top bonito. Porque lo mereces, granito o no.
A continuación, te muestro cuatro productos y un tratamiento muy especial que me han ayudado a prevenir los brotes o a que el granito desaparezca más rápido.

Effaclar Gel Purificante Microexfoliante de La Roche Posay (disponible en Druni). Este gel limpiador favorece la eliminación de las células muertas sin irritar y ayuda a eliminar las impurezas y el exceso de sebo desobstruyendo los poros en profundidad. Reduce la visibilidad de los puntos negros y controla el brillo. Deja la piel suave, lisa y uniforme. Actúa en las imperfecciones persistentes en cara y cuerpo, gracias a su alta concentración de activos queratolíticos.

Acniben Body de ISDIN. Este spray corporal de secado rápido fue el producto que (literalmente) me ha salvado la vida muchas veces. Su fórmula con ácido salicílico y ácido glicólico exfolia y renueva la superficie cutánea, ayudando a mejorar las espinillas, puntos negros y granitos de la espalda, hombros, pecho y otras zonas del cuerpo.

Exfoliante Corporal 10 % AHA de Paula's Choice. Amé este exfoliante desde la primera vez que lo probé. Eso sí, si es la primera vez que lo utilizas, te aconsejo que comiences usándolo dos días por semana (como mucho). Contiene activos que ayudar a mejorar y prevenir el acné corporal, como el ácido glicólico (AHA), para eliminar las células muertas para regenerar la superficie de la piel; extracto de té verde, con un gran poder antioxidante y calmante; o la manteca de karité, que ayuda a suavizar la piel.

SA Crema Alisadora Anti-rugosidades de Cerave. Si además de los granitos en la espalda, en los hombros o en los glúteos, tu piel tiende a resecarse (sobre todo en la zona de los codos y rodillas), esta crema puede ser tu nueva aliada diaria. Su fórmula combina ingredientes como urea, ácido salicílico, ceramidas, ácido hialurónico y niacinamida, lo que la hace ideal para exfoliar suavemente, hidratar a fondo y reforzar la barrera cutánea. Purifica sin irritar y deja la piel visiblemente más suave. Aviso: cuando la pruebes, lo más probable es que repitas.

Tratamiento Higiene de Espalda de Mima Estética Avanzada. Esto no es un producto como tal, es tratamiento específico diseñado para limpiar, purificar y realzar la piel de la espalda. "Está programado para tratar varios puntos, en primer lugar, los problemas de acné. Al ser una zona que suele estar cubierta y de peor accesibilidad, se necesita un ayuda extra para eliminar los granitos e imperfecciones que nos puedan salir. Por otro lado, en fechas señaladas como cualquier evento en el que queramos presumir de espalda, el tratamiento está diseñado para aportar brillo y luminosidad a la piel de esa zona", explica Mirian Rico, fundadora de las clínicas Mima.