Ya es primavera, florecen los árboles… y también los granitos. Si en las últimas semanas has notado que te han salido brotes de acné en la zona del cuello, la mandíbula o el mentón, puede que la razón esté mucho más cerca de lo que crees. Literalmente. Porque sí, ese pañuelo fino que te protege de la brisa primaveral, o ese jersey de cuello alto que has rescatado para los días de entretiempo, pueden estar saboteando tu piel.
Durante el invierno, nuestras bufandas y cuellos de abrigo se convirtieron en nuestros aliados contra el frío. Pero lo que muchas no saben es que, además de protegernos, estas prendas pueden convertirse en el entorno ideal para la aparición de acné. Y ahora que cambiamos el armario, los pañuelos y chaquetas más ligeras siguen siendo un factor de riesgo.
¿Por qué aparece este tipo de acné "estacional"?
Aunque el acné es un clásico de la adolescencia, también puede atacar a cualquier edad. "El acné es causado por una combinación de exceso de sebo, obstrucción de poros y bacterias, y suele aparecer en la adolescencia, pero también puede afectar a adultos, dejando marcas o cicatrices", explica la Dra. Sandra Hermida, médico-estético, experta en antienvejecimiento y portavoz de Druni. A esto se le suman otros factores como el estrés, la alimentación y, atención, los productos o hábitos poco adecuados.
Y sí, entre esos hábitos están las prendas que usamos a diario y que entran en contacto directo con nuestra piel. "La fricción constante de la bufanda y los cuellos de los abrigos sobre la piel estimula las glándulas sebáceas y, como consecuencia, empezamos a producir más grasa que obstruye los poros", cuenta Mireia Fernández, directora dermocosmética de Perricone MD.

¿Qué es el acné por bufanda (o por pañuelo, jersey o abrigo)?
Puede que el término te suene raro, pero es más común de lo que imaginas. Si has notado granitos recurrentes en la zona de la mandíbula, cuello o parte baja del rostro, atención a este dato. "Si te salen muchos granitos en la zona del cuello y el mentón, que sepas que tus bufandas (e incluso los abrigos) pueden ser los causantes de esos brotes que denomino acné por bufanda", alerta Raquel González, cosmetóloga y creadora de Byoode.
Estos granitos se deben al contacto constante con prendas que acumulamos durante días –¡o semanas!– sin lavar. Sudor, restos de maquillaje, polución, bacterias... todo eso se va quedando en la tela, y luego pasa directo a tu piel. "Son prendas necesarias, pero a la vez los cuellos de los abrigos, los pañuelos primaverales y las bufandas en los días más fríos son el caldo de cultivo para que aparezcan granitos o, si ya los tienes, el brote de acné vaya a más", advierte la experta en dermocosmética Mireia Fernández.
¿La solución? Higiene, doble limpieza y exfoliación (con cabeza)
La primera regla de oro para prevenir este tipo de acné es tan sencilla como importante: lavar las prendas. Y no, no vale esperar a que se ensucien o, en última instancia, que huelan mal. "Lavar las bufandas y los cuellos de los abrigos al menos una vez a la semana es fundamental, pero también hay que limpiar la piel. Por las noches, recomiendo un bálsamo como primer paso de limpieza, que será la base para poder retirar cualquier resto de SPF, el sebo y maquillaje de nuestra piel", aconseja Estefanía Nieto, directora dermocosmética de Medik8.

Centella Light Cleansing Oil de SKIN1004 (disponible en Planet Skin). Si odias los aceites limpiadores pesados, este te va a enamorar. Es un limpiador bifásico ultraligero que disuelve maquillaje, protector solar y exceso de grasa sin obstruir los poros. No deja sensación aceitosa y, gracias a su alta concentración de Centella Asiática, calma la piel desde el primer uso.
Después del bálsamo o el aceite limpiador, la experta recomienda un segundo paso con gel limpiador para asegurarnos de que no queda ni rastro de impurezas. Y ojo, esto no es solo por la noche. La cosmetóloga Raquel González insiste en la importancia de la limpieza también por la mañana, especialmente en pieles con tendencia al acné. "Las pieles con tendencia acneica no pueden olvidarse todas las mañanas de lavar la cara y la zona del cuello con ese mismo gel de base acuosa que hemos usado por la noche como segundo paso, preferiblemente con hidroxiácidos para exfoliar y contribuir a que haya menos bacterias. La exfoliación es fundamental".

Glycolic Renewal Cleanser de SkinCeuticals. Gel limpiador de espuma suave y alta concentración diseñado para exfoliar eficazmente la piel. Está formulado con ácido libre del 8% de ácido glicólico, combinado con un 1% de ácido fítico, jugo de hoja de aloe y glicerina.
Y si ya han salido brotes, no te alarmes (pero tampoco los ignores)
¿Te ha salido ya algún granito traicionero? Respira. Hay solución. Lo primero, no te obsesiones ni empieces a tocarte la cara como si no hubiera un mañana. Lo segundo: los activos son clave. "El ácido salicílico, Madecassoside o centella asiática y la niacinamida pueden ayudar a reducir la inflamación y desobstruir los poros", recomienda la cosmetóloga Raquel González.
Además, no caigas en el error de dejar de hidratar la piel. "También es clave hidratar bien la piel para reforzar la función barrera con sueros con ácido hialurónico", subraya la experta en dermocosmética Mireia Fernández. En los casos más rebeldes, la Dra. Sandra Hermida apunta que "se recomienda usar ácido salicílico o retinoides, que ayudan a desobstruir los poros y reducir la inflamación. En casos severos, los dermatólogos pueden recetar antibióticos tópicos u orales".

Suero antiedad con retinal y retinART de Byoode. Es un innovador sérum de noche que combina dos potentes retinoides – retinal al 0,05 % y retinART – junto con péptidos, factores de crecimiento, vitaminas C y E, ácido hialurónico, niacinamida y otros activos para combatir el envejecimiento de la piel de forma eficaz y sin irritación.
Otro hábito de belleza que puede marcar la diferencia es cambiar la toalla del rostro con frecuencia – porque sí, hay que usar una exclusiva para esta zona –. Y no cualquier frecuencia, sino cada tres días. "Las toallas absorben mucha agua y permanecen húmedas durante horas, lo que puede ser un caldo de cultivo para las bacterias", alerta la farmacéutica Belén Acero, titular de Farmacia Avenida América y experta en dermofarmacia. Y por favor, nada de frotar porque podrías extender los granitos. "Lo mejor es cambiar la toalla cada tres días. Y no frotar la piel directamente con la toalla, sino darle ligeros golpecitos para evitar fricción, irritaciones y picores".
En definitiva, tus looks de entretiempo pueden ser divinos, pero si no tienes cuidado, también pueden estar contribuyendo a la aparición de acné en tu piel. La buena noticia es que no necesitas dejar de usarlos. Solo hace falta poner atención a los detalles: lavar tus pañuelos y jerséis con frecuencia, mimar tu rutina de limpieza y elegir los activos adecuados para mantener la piel limpia, calmada e hidratada.