Bolsa, mercados y cotizaciones
Los fondos de bolsa española que más confían en el crecimiento de BME Growth
- Son firmas que capitalizan mucho menos de 500 millones de euros
Ángel Alonso
Madrid,
MásMóvil se encuentra en pleno proceso de integración con Orange, que probablemente se terminará materializando el próximo año, pero quizá pocos inversores recuerdan que la firma presidida por Meinrad Spenger comenzó su andadura bajo la marca Ibercom en 2012, en lo que entonces se conocía como mercado alternativo bursátil y que ahora se denomina BME Growth, el segmento de la bolsa española dedicada a las firmas de muy pequeña capitalización, concentradas en el tramo de entre los 10 y los 250 millones de euros en la gran mayoría de las 127 empresas que cotizan en él actualmente.
Pero no es el único caso de éxito de una firma que comenzó como una pyme y ahora aspira a competir directamente con los grandes de su sector. De hecho, firmas como Grenergy, que saltó al Mercado Continuo en 2019, o Atrys Health, que lo ha hecho en febrero de este año, han sido las últimas compañías en situarse en el foco de los grandes inversores institucionales, gracias al creciente interés por las firmas de energías renovables y las relacionadas con la tecnología, unos sectores de los que adolece el mercado español.
De ahí que empresas como Altia Consultores, Tier1 Tecnology, Izertis, Agile Content, Gigas Hosting, Solarprofit, Greenalia, Holaluz, Ecoener o NBI Bearings sean algunas de las compañías del BME Growth presentes en hasta 15 fondos de la Liga de la Gestión Activa de elEconomista, que reúne a los productos de bolsa española más descorrelacionados de su índice.
Este tipo de empresas no representan un porcentaje elevado de la cartera, porque la liquidez es una de las principales preocupaciones de los gestores, pero en fondos como CaixaBank Small Caps o Santander Small Caps, centrados en las firmas del Mercado Continuo con menos analistas, suelen tener un mayor peso, del 3,47% en el caso del vehículo gestionado por Iciar Puell, y del 3,74% en el caso del fondo de Lola Solana, el segundo por volumen patrimonial de su categoría. Aunque en Gesconsult Renta Variable, el peso se eleva hasta el 6%, según los últimos datos de cartera de Morningstar (en muchos casos por la revalorización que acumulan estos valores en el año), mientras que en Trea Cajamar Renta Variable España es del 4%
¿Por qué confían las gestoras en este tipo de compañías tan pequeñas? David Manso, responsable de renta variable de CaixaBank AM, apunta que en su fondo de small caps españolas las oportunidades que ofrece el mercado de BME Growth son "bienvenidas" porque "es una gran satisfacción conocer los distintos proyectos empresariales desde una fase muy inicial, tener un trato cercano con los emprendedores que, con ilusión, nos hacen participes de sus negocios, a la vez que ayudamos al tejido empresarial español a expandirse", explica y pone de ejemplo a MásMóvil y Atrys Health como historias de éxito en las que el fondo ha participado desde el principio.
Lola Solana, responsable de Equity Small Caps en Santander AM, apunta que es una forma de diversificar en sectores que no están representados en la bolsa tradicional y de encontrar oportunidades en compañías huérfanas de analistas, la mayoría de ellas. "Encontramos compañías en sectores como farmacia, energías alternativas, edificación, tecnología, ciencia e industria que nos gustaría poner en valor para demostrar que España es un hub de talento en muchos campos", señala.
Miguel Rodríguez, cogestor del Horos Value Iberia, que el año pasado ganó La Liga de elEconomista, explica que el BME Growth es, una "herramienta excelente para las empresas a la hora de obtener financiación, visibilidad, liquidez u otros objetivos que tengan para salir a cotizar, para aquellas compañías a las que el mercado continuo se les queda grande en términos de costes o regulación". Y considera que la falta de liquidez (aunque este tipo de compañías deben contar con un asesor registrado y un intermediario bursátil para facilitar precisamente la liquidez) no es un obstáculo. "Nosotros somos inversores en empresas y somos algo agnósticos con el mercado en el que coticen: si las compañías encajan en nuestros criterios de inversión y cotizan en el BME Growth, encantado de invertir en ellas", subraya.
Evitar trampas
En Metagestión, la firma donde Alberto Roldán es ahora el responsable de inversión, se muestran algo más escépticos porque, a su juicio, hay que estar más atentos. "Aunque se presenta como una ventana de inversión alternativa, no podemos olvidar la realidad que esconde. Un porcentaje mayoritario de estas compañías apenas puede garantizar una liquidez deseable para un inversor institucional, lo cual supone una trampa. No en pocas ocasiones se ha realizado un marketing potente con promesas de liquidez futura que luego se demuestran ser falsas. Algunas compañías ni siquiera son aptas para inversores minoristas. Esto no oculta el hecho de que los grandes riesgos también pueden suponer grandes oportunidades", señalan en la gestora, y reconocen que su fondo de bolsa española, Metavalor, invierte en algunas compañías del BME Growth.
"Lo hacemos porque es un mercado que obliga a realizar un trabajo de análisis. Nuestra experiencia nos hace ver que el grado de cercanía, sinceridad y colaboración del management es la clave. Los negocios se presentan siempre como grandes oportunidades, pero su grado de ejecución es clave. No olvidemos que se trata de un mercado de lanzamiento y de financiación para proyectos de desarrollo en fase joven. Falta madurez en las cifras y eso limita mucho el análisis convencional", subrayan.
De ahí que Gonzalo Sánchez, director de inversiones de Gesconsult, recalque que lo más importante es la convicción sobre las compañías, debido a su reducido tamaño. "Cuanto menos liquidez, más convicción debes de tener en ellas, y debes de ir construyendo la posición poco a poco, acompañándolas en su crecimiento", puntualiza.
Estos factores empujan a los gestores a intentar escudriñar qué compañías pueden mantener una historia de crecimiento a largo plazo hasta terminar dando el salto al Mercado Continuo. En Trea AM comentan que en su búsqueda de empresas españolas de calidad a buen precio "a menudo damos con empresas que cotizan en BME Growth. Alguna de ellas las descartamos por ser valores muy ilíquidos (por tamaño y por free float). Sin embargo, encontramos algunos ejemplos geniales como Inversa Prime [la antigua Almagro Capital Socimi], cuyo negocio es disruptivo dentro del sector y el management nos transmite confianza. No obstante, preferimos que las empresas en las que invertimos acaben dando el salto al Mercado Continuo", recalcan en el equipo de renta variable de la gestora.
Uno de los inconvenientes en este tipo de compañías es que una posible operación corporativa acabe por excluirla de bolsa
Un ejemplo de este salto ha sido el de Grenergy, que forma parte de la cartera de varios fondos de Mutuactivos, como el Mutuafondo España. "La transición energética es una de las tendencias por las que apostamos y, dentro de este segmento, Grenergy es una de las compañías que nos gusta. Es un productor independiente y desarrollador para terceros, con una cartera de proyectos propios diversificada internacionalmente", explica José Ángel Fuentes, gestor de renta variable de Mutuactivos, para quien la transición energética "va a cobrar más fuerza y ritmo como consecuencia de la necesidad de los países europeos de independizarse energéticamente de Rusia", de ahí que también incluyan en cartera a Solarprofit.
Solana apunta un elemento que será un catalizador para este tipo de compañías en el futuro inmediato, como los fondos europeos Next Generation. "Tenemos la convicción de que este mercado alcanzará el tamaño por volumen y por número de compañías que tienen mercados parecidos en otros países como Francia, Alemania, Italia o Inglaterra y consideramos que mucho del ahorro en España acabará en este tipo de compañías. Solo necesitamos algún incentivo fiscal para acabar de convencer a los ahorradores de que invertir en estas compañías es invertir en talento, y el talento genera alpha", afirma.
Uno de los inconvenientes en este tipo de compañías es que una posible operación corporativa acabe por excluirla de bolsa antes de que se materialice su crecimiento a largo plazo. Es el caso de Greenalia, donde sus propietarios han lanzado una opa de exclusión a 17,50 euros, más de 7 veces el precio al que se incorporó al BME Growth hace algo más de 4 años, pero que no satisface a los gestores. "Es una de las compañías de renovables más baratas de la península ibérica, con unos activos de tremenda calidad, y que tiene una diversificación tecnológica relevante. El problema es que la han opado a un precio ridículo sus propios dueños y luego la venderán al doble fácilmente", señala Gonzalo Sánchez.
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