Bolsa, mercados y cotizaciones
Septiembre acumula la mayor dureza para el mercado tras un agosto 'rompepiernas'
- Llega un accidentado final de año en el que los riesgos quedarán sentenciados
Daniel Yebra, Carlos Simón García
Madrid.,
De aquí a final de año, y sobre todo en septiembre, el mercado tendrá que demostrar cómo va realmente de piernas: si en Wall Street hay fuerza para superar máximos históricos, si en Europa hay gas para atacar las cotas más altas de este año y de 2018 o si la deuda aguantará sin sufrir una pájara (desfallecimiento). La exigencia de lo que viene en las próximas semanas pondrá a prueba cada costura del mercado: las decisiones sobre el Brexit, la forma que adopte la política monetaria de los principales bancos centrales del mundo y el nivel de tensión al que lleven Estados Unidos y China la guerra comercial que está en marcha marcarán no solo el corto plazo, sino que serán decisivos para convertir (o evitarlo) la desaceleración del crecimiento global propia de la final del ciclo económico en una recesión, o peor, en una crisis de consecuencias desconocidas.
El Perfil del Mercado que elabora elEconomista para situar en el calendario las citas imprescindibles para el inversor muestra un último cuatrimestre cargado de escollos que recuerdan a los épicos puertos de montaña y a las rampas inverosímiles del mundo del ciclismo. La salida neutralizada del periodo será la entrada en vigor de la última ronda de aranceles anunciada por norteamericanos y asiáticos. La que ha elevado las pulsaciones del mercado durante agosto, provocando la tercera devaluación del yuan y una cascada de desencuentros, intentos de acercamiento y frustraciones que hacen que hoy cada noticia sobre la guerra comercial se encaje en el universo económico con el mismo temor que históricamente ha recorrido el pelotón en las grandes vueltas de ciclismo cuando los escaladores con clase –como Pantani, como Alberto Contador o, por supuesto, como Miguel Induráin–, agarrados a la parte de abajo del manillar, empiezan a cabecear, a acelerar sus corazones a golpe de riñón y a hacer estragos entre los rivales.
De la agresividad de los contendientes dependerán los daños colaterales, entre los cuales la mayor amenaza es la caída del mundo en una recesión, a la que ya se asoman concretamente Alemania –precisamente por la debilidad de su sectores industriales y más exportadores–, o la renacida Italia, donde el nuevo gobierno buscará reconciliar al país con la Comisión Europea y alejar las malas sombras del euro. El club comunitario enfila también la resolución definitiva del Brexit, proceso clave a todos los niveles pero que ha cotizado ya buena parte de su versión más dura, y en España casi asume la posibilidad de otra investidura fallida y de unas nuevas elecciones generales.
Todas estas curvas, repechos y rampas condicionarán las decisiones de los directores de equipo –cargo que ha recaído inevitablemente sobre los bancos centrales–, los cuales deberán convencer al mercado de su capacidad para extender la búsqueda de sus objetivos de inflación hasta amortiguar el aterrizaje de las economías, evitando la brusquedad de los acontecimientos más lesivos, para lo que exigirán que los gobiernos acompañen con estímulos fiscales.
Primeros 'puertos de montaña'
El mes de septiembre, que comienza de forma hábil este mismo lunes, se prevé lleno de complicaciones que pueden acarrear tanto la tormenta perfecta como un catalizador alcista si se deshacen los distintos nudos que están acorralando a las bolsas –aunque Wall Street ya está a menos de un 5% de máximos históricos y el EuroStoxx 50 ha recuperado cerca de un 4% desde los mínimos de este mes de agosto– y sostienen la voracidad por la deuda en búsqueda de refugio. "El único lugar para esconderse incluso a rendimientos negativos", según lo describen en Julius Baer.
En primer lugar, parece claro que será el momento en el que China y Estados Unidos reanuden las negociaciones comerciales. Este mismo domingo entra en vigor la primera ronda de aranceles anunciadas hace un mes, cuyo resultado, obviamente, influirá en el resto de acontecimientos. Además, Donald Trump y Xi Jinping podrían coincidir en la Asamblea General de la ONU de Nueva York del día 17. "Nadie puede saber con certeza el impacto real en la economía y en los beneficios corporativas, así que es imposible formular una opinión informada sobre el tema, sin embargo, lo que sabemos es que, en algún momento, incluso la economía de los Estados Unidos se verá empujada a una recesión", lamenta el equipo de analistas de Julius Baer, el cual concluye "que no hemos llegado a este punto por ahora, pero somos conscientes de que el cambio de régimen podría ser brutal si ocurre y cuando ocurra".
Especial atención habrá que poner, por tanto, en las reuniones de los bancos centrales en la segunda y tercera semana del mes. El mercado ya ha descontado que ambas instituciones van a llevar a cabo una bajada de tipos y la cuestión será ver la cuantía y, sobre todo, si los europeos lo acompañan de otros estímulos expansivos. En este sentido será clave también el dato de crecimiento de PIB de la eurozona del día 6. En Estados Unidos, "vemos el riesgo de recesión lo suficientemente preocupante como para justificar una mayor política acomodaticia por parte de la Fed y esperamos que al recorte de tipos de 25 puntos básicos del próximo mes le sigan más recortes a final de año", explica Tiffany Wilding, experta de Pimco, quien advierte que "incluso con estos recortes adicionales, creemos que el crecimiento económico podría desacelerarse y situarse por debajo de su promedio, impulsando un crecimiento de la tasa de desempleo en los siguientes trimestres".
A este lado del Atlántico, las miradas se centrarán en Reino Unido. Esta semana tendrá lugar la última ronda de plenos antes de que el próximo día 14 se suspenda el Parlamento durante un mes. La incertidumbre es total sobre lo que la Cámara de los Comunes pueda convenir en los próximos días con una cuerda tensada de más por el premier Boris Johnson. También en el plano político, el día 23 de septiembre es la fecha límite para que en España haya una investidura. Si no hay acuerdo, las elecciones se celebrarán el domingo 10 de noviembre.
¿'Brexit' en octubre?
Superados los primeros puertos de montaña de categoría especial, los inversores, a priori, encontrarán en octubre otro punto álgido de tensión en Reino Unido. Si finalmente se cierra Westminster dentro de dos semanas, no será hasta el 14 de octubre cuando reabra sus puertas en una sesión en la que incluso podría llevarse a cabo una moción de censura a Johnson, cuyo éxito dependerá de la división interna de los tories británicos. No obstante, en el hipotético caso de que la moción prosperase, el premier se debe mantener en el cargo durante 14 días más, con lo que superaría la fecha límite para la salida definitiva de Reino Unido, fechada para el 31 de dicho mes. Sin embargo, si esto ocurriera, la lógica apunta a que se retrasaría esta fecha hasta después de los comicios, para que pueda ser el nuevo ejecutivo el que pueda hacer frente a las últimas negociaciones.
Y esto, a las puertas de la reunión de la Comisión Europea –los días 16 y 17 de octubre–, donde se ratificará el acuerdo de salida definitivo para el país de las islas. Ese acuerdo deberá volver y ser votado en la Cámara de los Comunes antes de final de mes, a menos que unas eventuales elecciones retrasen de nuevo los tiempos –según se ha explicado anteriormente–.
Más allá de lo que ocurra allí, en octubre hay otras citas que también suscitarán interés entre los inversores. Las más importantes serán las reuniones del Banco Central Europeo y de la Reserva Federal (Fed), aunque a priori será en las de septiembre cuando se tomen las decisiones más importantes. Además, el día 6 de octubre se celebrarán las elecciones al Parlamento de Portugal, mientras que el 26 tendrá lugar la primera vuelta de los comicios argentinos, en la que si cualquiera de los candidatos supera el 45% de los votos será el próximo presidente del país, que se encuentra en una delicada situación, cancelando la celebración de una segunda vuelta el 24 de noviembre.
El penúltimo mes del año puede ser en el que Alemania, la gran potencia económica europea, entre definitivamente en recesión técnica, ya que el día 14 se publicará el dato de la evolución del PIB del tercer trimestre (aunque el dato final saldrá el día 22). Si vuelve a arrojar un registro negativo, que marque contracción, el país germano entrará oficialmente en recesión económica, y este es el otro gran puerto que debe afrontar el mercado en lo que queda de año.
Año electoral en EEUU
En Estados Unidos, por su parte, comienza lo que es el año electoral previo a las elecciones de 2020. El día 5 de noviembre sacarán las urnas para elegir a sus representantes locales y regionales aunque no será hasta febrero cuando se celebren las primarias del Partido Demócrata, que son las que tradicionalmente dan el pistoletazo de salida de la campaña electoral. El día 14, además, podrían volverse a encontrar Donald Trump y Xi Jinping en la cumbre de la APEC (Foro de Cooperación de Asia-Pacífico).
Por último, para diciembre quedan otras tres citas importantes: las reuniones del BCE, de la Fed y de la OPEP. La institución monetaria de la eurozona deberá actualizar el cuadro macro con las perspectivas para los próximos tres años, lo cual también marcará la hoja de ruta del banco central de cara a futuros movimientos. Por su lado, la Reserva Federal estará pendiente de los últimos datos de crecimiento del PIB, inflación y empleo, lo que dictará si le mantiene el pulso a Trump o cede para contentar tanto al magnate como a Wall Street.
En la recta de meta, como cada final de año, tendrá lugar la reunión semestral de la Organización de los Países Exportadores de Petróleo (OPEP) en Viena, los días 5 y 6 de diciembre, en la que, además de decidir si se mantiene y en qué medida el recorte de producción, Irán tendrá un papel relevante después de las sanciones impuestas por EEUU.
El BCE se divide entre sacar la artillería por partes o de una
El mercado estará atentísimo a lo que suceda en la reunión de tipos que celebrará en septiembre el Banco Central Europeo. Se espera que el organismo monetario aumente los estímulos a través de una bajada de tipos, rescate el programa de compras de deuda y que busque nuevas medidas para mitigar los efectos dañinos sobre la banca. Esta es la artillería que hay sobre la mesa. Sin embargo, la cuestión es si el BCE aplicará estas medidas ya en septiembre o lo hará de forma paulatina según cómo evolucione el mercado y los datos macroeconómicos. En este sentido, pondrán especial atención a los de crecimiento que se publican en noviembre (momento en el que Christine Lagarde toma el relevo de Mario Draghi al frente de la organización) y que podría meter de forma oficial a Alemania en una recesión técnica si vuelve a registrar un crecimiento negativo en el tercer trimestre.
El gobernador del Banco de Finlandia, Olli Rehn, introdujo otro debate hace unas semanas y era el de la posibilidad de que se modificara la regla por la que la institución no puede comprar más de un 33% de la deuda de cada estado además de un eventual sistema de depósitos escalonado, de forma que sólo una parte de los depósitos bancarios estén sujetos a tipos de interés negativo, para aliviar la presión sobre los bancos.