
El sector de la alimentación está rodeado de medias verdades y mentiras, algo que no es una sorpresa para nadie. En un mundo donde, cada vez más, todo lo que consumimos parece nocivo, es difícil saber qué debemos comer y qué no de los tantos superalimentos y de los tantos productos prohibidos existentes.
Tania Mesa, directora de nutrición y enfermería de la clínica Neolife, explica en una entrevista a este medio que lo más importante para empezar a hablar de nutrición es que las personas tengan claro que no existe ninguna "varita mágica" ni ley universal que actúe sobre todos igual. Lo que para unas personas es muy efectivo, para otras no lo es nada, y la única forma de conseguir estar sanos y al cien por cien es "dejando a un lado las dietas milagro y conseguir un cambio de hábitos".
Tal y como aclara Mesa, lo que realmente funciona a largo plazo es interiorizar un estilo de vida saludable, "siendo realistas del mundo en el que vivimos, teniendo en cuenta el punto del que parte la persona que quiere cambiarlo y, sobre todo, considerando la situación de cada cual", detalla la especialista. Y es que, lo de seguir ítems tan típicos como desayunar mucho, cenar poco, no comer pan o eliminar la leche, por ejemplo, es un graso error que suele cometerse a gran escala. "Para que el cambio pueda producirse, sea real, eficaz y no sea dañino, tiene que existir el trabajo de un profesional que escuche al paciente, estudie con él lo que necesita y lo que no, analice cuáles son sus puntos fuertes y le dé alternativas para luchar, poco a poco, contra sus debilidades", desembrolla la experta.
Partiendo de esta premisa en la que es posible relativizar casi todo en el mundo de la alimentación, pues, parafraseando el refranero español, cada persona es un mundo, la especialista detalla qué afirmaciones relacionadas con la nutrición y la salud son ciertas y cuáles son mero mito:
¿El pan integral engorda más que el pan de harina normal?
"Como alimento, claro que engorda, como cualquier otro, pero no se puede decir que engorde más o sea más perjudicial que el de harina blanca. Sobre todo porque tomando este pan, por lo menos, estás consumiendo fibra y productos que el organismo puede utilizar de forma positiva. Del otro producto, no utilizaría nada".
¿Es más saludable hacer cinco comidas al día?
"Lo idóneo sería comer cada 3 o 4 horas, ya que así llegas a las comidas con menos hambre, controlas mejor tanto lo que comes como la cantidad y puedes tener una alimentación más equilibrada. Pero hay personas que por horarios, trabajo o rutinas, solo comen tres veces al día y eso no significa que sea menos saludable, siempre y cuando mantengas una alimentación equilibrada y completa en estas tres tomas. No todos necesitamos comer lo mismo, lo importante es realizar una dieta equilibrada y adaptada al cuerpo y actividad de cada uno. No hay una ley universal para esto".
¿Es bueno el ayuno intermitente?
"Según qué casos. La respuesta vuelve a ser relativa. Para las personas que tengan una actividad física o mental muy intensa durante el día, no es recomendable hacer el ayuno por las mañanas, sino más bien por la noche, de manera que pueda durar entre 12 y 14 horas. No obstante, siempre está relacionado con la actividad y la forma de vida de cada persona. A mis pacientes siempre les digo lo mismo: si vas de viaje, no vas a ir todo el camino en reserva y vas a llenar el depósito cuando llegues al destino. Pues esto es lo mismo".
¿La fruta engorda?
"No puede decirse que es un alimento que engorde como tal, eso está descontextualizado, pero tiene muchos azúcares y lo recomendable es siempre tomar la pieza entera y no en zumos, ya que sino le quitamos el aporte de fibra y nutrientes que tiene la piel y el azúcar entra más directamente a la sangre".
¿Puedo tomar carbohidratos para cenar?
"Si durante el día se ha hecho ejercicio, sí, porque los depósitos de los hidratos se han vaciado y los que tomes servirán para llenar estos depósitos, no para acumularlos. No obstante, esto siempre depende de la actividad física que haya realizado la persona anteriormente, pero no tiene porque estar prohibido el comer carbohidratos por la noche según qué condiciones".
¿A qué hora tengo que cenar?
"Los estudios marcan como hora máxima las 20 horas de la tarde, pero yo soy más flexible y realista (bromea) y les aconsejo a mis pacientes que intenten cenar antes de las 21 horas, y que la cena sea lo más liviana posible. Siempre digo eso de: desayuna como un rey, come como un príncipe y cena como un mendigo. A no ser, claro está, que la persona vaya a trabajar por la noche, vaya a realizar algún tipo de actividad física o vaya a irse a bailar, por ejemplo. Todo depende de la actividad que se vaya a realizar después. Pero si tras la cena se va a ir a la cama, lo más recomendable es cenar suave. Verduras, crema, pescado... Y que sea lo más pronto posible".
Así las cosas, Mesa insiste en la importancia de seguir las pautas, consejos y cuidados de un especialista a la hora de replantearse un cambio de hábitos: "Lo primero de todo es hacer una analítica para saber cómo se encuentra la persona y conocer desde dónde partimos. Además, existen máquinas muy especializadas como las que utilizamos en Neolife, que no son las que están en los gimnasios, aunque muchos crean que sí, que miden con exactitud qué tipo de grasa tiene la persona y qué cantidad tiene en cada zona del cuerpo, algo muy importante y que suele pasar desapercibido en las dietas", remata la doctora.
Cómo incluir helados en una dieta saludable
Los helados son pecado en cualquier dieta, pero es muy difícil no caer en la tentación, sobre todo, cuando asoman los primeros rayos de sol y todo incita a darte un capricho. Para saber si es posible introducir un alimento con tan mal encaje en nuestra dieta de una manera saludable, hablamos con Diana Roig, responsable de Salud & Nutrición de Frigo España.
Para la especialista, lo primero que hay que tener claro a la hora de saber si podemos permitirnos un alimento "prohibido", es haber seguido correctamente la pirámide alimentaria durante el día: priorizar la base vegetal, seguida de huevos, frutos secos y lácteos, después carnes y pescados y arriba del todo, los alimentos de consumo ocasional como los dulces.
"Si todo esto lo hacemos bien, el helado también tiene cabida. Es importante que no se utilice de sustitutivo de ninguna comida básica, como por ejemplo, de una fruta. No hay que olvidar que la comida no solo está para alimentarnos, sino para disfrutar", añade Roig.
Respecto a las pautas saludables de consumo de este producto, la especialista insiste que es "peligroso" darlas porque "no se pueden tomar al pie de la letra", y siempre depende de la condición física de cada persona. "Por ejemplo, para las personas con un metabolismo más lento, que tengan que controlar mucho más las calorías, es aconsejable que tomen un helado menos calórico, como los de agua o un sorbete. Para las que no tienen que controlarlo tanto, pueden elegir algo más calórico. Actualmente, existe una variedad de helados enorme, y pueden encontrarse desde con 30 kcal a 300 kcal. Es decir, es posible darse un capricho y que no pase nada".