
La moda de los gastrobares está en pleno auge. Cada vez se abren más locales con esta filosofía gastronómica e incluso ya han surgido admiradores empedernidos que cada fin de semana se dedican a probar uno nuevo. Sin embargo, ¿está claro lo que es un gastrobar? El concepto parece estar desvirtuado e incluso el origen del término parece no estar claro.
El presidente de Madridfusión y periodista gastronómico Carlos Capel asegura en una entrevista a Evasión que él fue el creador de este concepto tal y como se entendía en un principio durante una visita a Reino Unido por el año 2008. Un país que había acuñado hacía más de 10 años la palabra gastropub para describir a los pubs que se habían especializado es servir comida de calidad, un paso por encima de la más básica versión del pub grub (comida típica de pub).
A pesar de que este concepto llevaba mucho tiempo instaurado en Gran Bretaña, a Carlos Capel le sirvió su castellanización, gastrobar, para describir un nuevo movimiento que estaba surgiendo en la cocina española como consecuencia a la crisis económica. En pleno 2008 y con el ánimo de ofrecer precios más económicos, grandes chefs con estrella Michelín comenzaron a abrir nuevos locales a modo de "segundas marcas", explica Capel, con una propuesta gastronómica cuidada pero más económica. Se cree que los primeros gastrobares de España fueron el Estado Puro de Paco Roncero en Madrid y el Tapas24 de Carles Abellán en Barcelona.
Un año más tarde, en 2009, la fiesta de clausura de Madrid Fusión fue el bautizo de este nuevo concepto. Los cocineros Carles Abellán, Maria José Sanromán, Dani García, Paco Roncero, Quique Dacosta y Benito García subieron al escenario principal del evento gastronómico en un homenaje que reconocía la interesante apuesta de estos bares que estaban gestionados por chefs con estrellas Michelin.
Casi una década después, Carlos Capel tiene claro que su castellanización de la palabra gatropub es un éxito, "incluso la he visto por todo el mundo". Sin embargo, el concepto ha cambiado totalmente. Según Capel, en la actualidad hace referencia a bares con ciertas pretensiones gastronómicas. "Francamente, yo ya no sé si un gastrobar es un bar donde se come bien, un local que gana mucho dinero o un bar con pretensiones fallidas que se pone a sí mismo la etiqueta para aparentar algo", explica el periodista en su blog de El País.
Un problema de patentes
La Federación Española de Hostelería y Restauración (FEHR), que tiene registrada la palabra desde el año 2010, explica que para ellos el concepto hace referencia a "un bar donde se sirven tapas, raciones y pinchos con un extremado cuidado del producto y la elaboración, con un enfoque gastronómico, donde se reporta al cliente un alto nivel de información sobre las elaboraciones que se sirven". Capel en el mismo blog tachó de caraduras a la FEHR por registrar ellos la palabra. Sin embargo, esta federación explica que es uso de esta palabra "es gratuito".
Sin embargo, acudiendo de nuevo a la Oficina de Patentes y Marcas el primer registro de la palabra gastrobar está en el año 2007 y bajo el nombre La Maleta del Loco Gastrobar. David Menendez, unos de los impulsores de este establecimiento –que ahora está cerrado-, no se hizo eco de esta polémica sobre el origen del nombre pero para él su concepto era "un restaurante en un bar, que está abierto ininterrumpidamente. En el mismo, puedes encontrar café, vinos, cervezas, y carta de platos siempre todo con producto de calidad (…) el término gastrobar, lo entendíamos como el extender el placer por los buenos productos en el horario del bar y quitando la rigidez del restaurante, haciéndolo más desenfadado".
Muñagorri, un gastrobar a tener en cuenta
Uno de los sellos distintivos de este restaurante es su apuesta por los productos de temporada que después su chef y propietario, Pedro Muñagorri, transforma en elaboraciones de corte clásico, con una clara influencia de las recetas tradicionales de la cocina vasco-navarra. Eso se traduce en una amplia oferta de pintxos fríos y calientes o raciones para compartir que se degustan en su amplia barra. En el salón interior, sus fieles clientes pueden elegir en una amplia carta que cambia unas tres veces al año, platos de cocina casera con una elegante puesta en escena. Todo ello acompañado de su magnífica bodega, con referencias de las principales denominaciones de origen del país.