
El presidente del Gobierno, José Luis Rodriguez Zapatero, parece haber dado con la fórmula, poco novedosa, para ganar las próximas elecciones generales, previstas, según ratificó él mismo este pasado fin de semana, para marzo de 2008: dinero para todos los votantes, que el presi invita
El precio que está dispuesto a pagar por un puñado de votos asciende a casi 3.500 millones de euros anuales, que es el coste de las promesas electorales que se ha sacado de la chistera desde julio (ayuda por hijo, deducción fiscal a inquilinos jóvenes, aumento de las pensiones mínimas y de las de viudedad, ampliación del permiso de paternidad).
Para cubrir ese gasto en los Presupuestos de 2008, el jefe del Ejecutivo deberá echar mano de uno de cada seis euros del superávit público previsto para este año (unos 18.000 millones de euros).
Las promesas
Primero, Zapatero sorprendió a propios y extraños durante el Debate del Estado de la Nación, celebrado a inicios de julio, al sacarse de la manga una ayuda anual de 2.500 euros para las familias por cada hijo que tengan, adopten o acojan. Para pagar, las arcas del Estado deberán liberar 1.550 millones de euros al año (1.250 millones a cuenta de Hacienda y 311 millones a cargo de la Seguridad Social).
A la vuelta de las vacaciones, la nueva ministra de Vivienda, Carme Chacón, lanzó otra bomba, con el beneplácito del tesorero real, el vicepresidente segundo, Pedro Solbes: la recuperación de la deducción fiscal para inquilinos suprimida por el Gobierno del PP en 1998, aunque sólo para los jóvenes. La factura para el Fisco de esta ventaja fiscal, si fuera del 10 por ciento del total de los pagos realizados como lo fue en su día, podría superar los 250 millones de euros.
Ya llevaba el presidente comprometidos 1.750 millones cuando nos salió el domingo en Rodiezmo (León), durante la fiesta minera organizada por UGT, con que subirá las pensiones mínimas el doble de lo que lo hagan el resto.
De ello se beneficiarán más de tres millones de pensionistas que malamente llegan a final de mes con algo en los bolsillos. Para cumplir su promesa este año, Zapatero aportó de la caja de la Seguridad Social 1.500 millones de euros. Por tanto, es de esperar que para cumplirla en 2008 deba poner sobre la mesa de los pensionistas una cantidad similar.
El Gobierno espera sacar de esta forma a un millón de pensionistas del umbral de la pobreza (definida como la percepción de menos del 60 por ciento de la renta media).
A ella deberá añadir algo más de 30 millones de euros para costear la mejora de su prestación a las cerca de 20.000 viudas y viudos menores de 65 años que tienen hijos a su cargo: 110 euros más al mes, 1.540 euros más al año (pues cobran 14 pagas), para llevar su nómina mensual de los 493 a los 603 euros. Este colectivo habrá visto elevada su pensión más del 60 por ciento desde que gobierna Zapatero.
Permiso de paternidad
Suma que te suma, el Estado deberá desembolsar ya el año que viene casi 3.300 millones de euros para pagar los compromisos del jefe del Ejecutivo con los votantes. Esta cantidad se incrementará en algo más de 100 millones de euros si el Gobierno socialista se decide a ampliar, ya el año que viene, la extensión del permiso de paternidad, que el ministro de Trabajo y el propio presidente se han comprometido a llevar a los 30 días durante la próxima legislatura.
La ley preveía hacerlo en ocho años, a razón de dos días más por año, luego acortar ese plazo a la mitad exigiría ampliar en 2008 en cuatro año el permiso de 15 días vigente en la actualidad.
Pagar el 100 por cien de la base reguladora de su nómina a los padres durante cuatro días más le costaría 106 millones a la Seguridad Social.