
En el actual ciclo económico conviven empresas jóvenes de base tecnológica -startups- con necesidades de financiación e inversores con liquidez que buscan activos rentables. Sin embargo, en muchas ocasiones, no llegan a confluir. Para salvar la distancia entre unos y otros, BME (Bolsas y Mercados Españoles) y la Asociación Nacional de Business Angels, Big Ban Angels, han puesto en marcha el Entorno Pre-Mercado (EpM). (Puede leer el reportaje completo, así como otras noticias, análisis y entrevistas en la revista digital elEconomista Comunitat Valenciana).
Este proyecto empezó a gestarse hace un año y medio, inspirado en las iniciativas impulsadas por las bolsas de Londres -Programa Elite- y Fráncfort -Programa Scale-. "Este tipo de proyectos se está potenciando en Europa para volver a atraer a las empresas a las bolsas de valores, facilitando su acercamiento a través de programas de formación y acompañamiento", destaca Tomás Guillén, presidente de Big Ban.
El Entorno Pre-Mercado supone, además, dar impulso al papel de la Bolsa de Valencia en el contexto financiero nacional, tras la pérdida de peso en los últimos años -por la compleja situación y la desaparición de cotizadas valencianas- y se configura como una herramienta orientada a reactivar el Mercado Alternativo Bursátil (MAB), cuyo crecimiento se vio lastrado por la irrupción de la crisis económica y el impacto negativo en inversores y empresas de escándalos como el de Gowex, que estalló en 2014.
"La bolsa debe de ser una herramienta de financiación, no de especulación", subrayó Francisco Álvarez, director general de Economía, Emprendimiento y Cooperativismo de la Generalitat Valenciana, en el acto de inauguración del EpM, el pasado 12 de mayo.
Para evitar estas situaciones, el EpM facilitará a las startups apoyo para alcanzar el nivel de competencias que la normativa exige -requerimientos de acceso, permanencia, obligaciones de información y gobierno corporativo-, de modo que puedan acceder a la inversión privada que ofrecen los mercados gestionados por BME, "teniendo muy claro que esta no es la fórmula adecuada para todas las startups, que deben tener un perfil definido y seguir un camino muy estructurado", advierte Guillén.
"El Entorno Pre-Mercado dispondrá de un espacio virtual y de un espacio físico, en la Bolsa de Valencia, donde se dará visibilidad a las empresas, acceso a información a los inversores cualificados, formación a profesionales, empresas e inversores y business angels en mercados de capitales -secundarios oficiales y alternativos- y se celebrarán eventos y jornadas específicos para fomentar el contacto entre ambos, como los Investor's Day, orientados a presentar proyectos a los inversores, y los Transaction Day, concebidos como ventanas de liquidez convocadas de manera periódica para facilitar transacciones de participaciones en las empresas miembros del EpM", indica el presidente de Big Ban.
"Además, las startups pueden abrir rondas de financiación y facilitar liquidez poniendo en contacto a inversores interesados en operaciones de compra o venta de acciones", añade.
Actualmente, sólo cotizan en bolsa 150 sociedades y 39 en el MAB -sin tener en cuenta socimis y sicavs, protagonistas de las últimas operaciones-, de las que sólo una -Facephi- tiene sede en la Comunitat Valenciana.
"Hemos detectado una necesidad y las instituciones estamos para dar soluciones. Estamos en contacto y colaboran con las entidades del ecosistema emprendedor valenciano, centros e institutos tecnológicos, universidades..., para conocerles y escuchar las necesidades de las empresas y hacerles llegar el proyecto", señala Vicente Olmos, presidente de la Bolsa de Valencia.
"España es atractivo para inversores nacionales e internacionales, pero las empresas de pequeña capitalización se encuentran con grandes dificultades para adaptarse a las exigencias que los mercados de valores exigen. El objetivo es ayudar a romper esas barreras, con un enfoque orientado, sobre todo, al MAB, que tiene una regulación y unos costes más acordes con la estructura y necesidades de este tipo de compañías", explica. Para Olmos, uno de los pasos fundamentales es el "cambio cultural" de las empresas, para poder adaptarse a este nuevo contexto.
"En el tiempo de permanencia en el programa del EpM -un máximo de tres años-, cada empresa tomará decisiones estratégicas: salir a bolsa u optar por otras vías de financiación. Cotizar tiene muchas ventajas y supone un buen escaparate para una compañía, pero, si lo haces mal, penaliza", advierte.
Para que las firmas puedan valorar las diferentes opciones, el programa incluye, también, referencias a los mercados secundarios oficiales y al mercado alternativo de renta fija (MARF).
Selección estricta
Las startups interesadas en incorporarse al Entorno deben cumplir una serie de requisitos, entre ellos, ser sociedades anónimas o limitadas con una antigüedad mínima de dos años; tener actividad industrial o de servicios; que incorporen algún tipo de innovación -en procesos, productos o gestión-; presentar las cuentas anuales auditadas de los dos últimos ejercicios; contar con un plan de negocio a tres años, y tener necesidades de financiación de entre 500.000 y 2 millones de euros, "o bien estar en un estado maduro para que el interés sea la experiencia y formación facilitada en el entorno para acceder a los mercados gestionados por sociedades del Grupo BME". El coste de participar en este programa es de 1.800 euros de cuota de entrada, más cuotas trimestrales de 300 euros.
El EpM ha iniciado su actividad con las tres primeras empresas, Housers -plataforma de financiación participativa inmobiliaria-, Biomar Microbial Technologies -empresa biotecnológica que desarrolla soluciones de origen natural para el sector agroalimentario y de salud humana- y Cuatroochenta -compañía especializada en el desarrollo integral de aplicaciones para smartphones-, elegidas entre las 30 que habían solicitado participar -de los sectores fintech, biotech, apps, logística, ingeniería industrial, energías renovables, reciclaje, incubadoras y telemedicina-.
"Que arranquemos el Entorno Pre-Mercado con tres empresas no supone que hayamos rechazado todas las demás, sino que se han segmentado. Algunas de ellas formarán parte de la siguiente tanda de incorporaciones y la convocatoria está abierta de manera permanente. Algunas de las 30 sí han quedado descartadas, bien porque no cumplían con los requisitos exigidos o porque no tenían, realmente, intención de cotizar a medio plazo; no se pide un compromiso de salir a bolsa, porque esto dependerá de muchos factores, pero sí que exista una apuesta real", detalla Fernando Ibáñez, director del Comité de Dirección y Supervisión (CDS) del EpM.
"Cada año, se celebrarán varias reuniones del CDS -en principio, tres o cuatro veces al año-, para decidir sobre la incorporación de otras compañías, de manera que el entorno vaya creciendo y diversificándose progresivamente. La próxima tendrá lugar después de verano y, a finales de 2017 o principios de 2018, se abordará la tercera. No hemos definido un número determinado de entradas en cada fase; dependerá del tipo de proyectos, de la situación de las empresas interesadas y de que pasen los filtros de selección, para garantizar la máxima transparencia y minimizar los riesgos", indica Guillén.
En este sentido, el EpM contará con un registro de inversores, a los que se exigirá unos requisitos mínimos, debido al alto nivel de riesgo de este tipo de empresas, que tienen un elevado índice de mortandad. Fernando Ibáñez explica que los interesados "deberán cumplir una de estas dos condiciones: ser socio de Big Ban o ser un inversor cualificado, con nivel de riesgo, experiencia inversora y capacidad económica certificada por una entidad financiera o una sociedad de inversión".
El ejecutivo detalla que las tres primeras empresas ya han recibido contactos de inversores interesados en apoyar sus respectivos proyectos, tras la primera presentación, celebrada en la Bolsa de Valencia. "Los inversores interesados pueden dirigirse al EpM o directamente a la compañía en cuestión", apunta.
Positivo para el emprendedor
En esta línea, Javier Megías, socio de Big Ban y consejero delegado de Startupxplore -comunidad especializada en este tipo de emprendimiento-, apunta que "es importante dar los primeros pasos de forma controlada, no abierta a todo el mundo. Queremos evitar atraer inversores a la luz de múltiplos muy interesantes, pero que no sean conscientes del riesgo. La idea es que, a medida que se vaya conociendo más este mercado y sus implicaciones, esta limitación se vaya, poco a poco, abriendo".
Enrique Penichet, consejero delegado de Bbooster -primera aceleradora de startups de España- subraya la positiva acogida de este proyecto por parte el ecosistema emprendedor. "Todas las herramientas que permitan mejorar la liquidez y den más flexibilidad al inversor contribuirán a que los fondos fluyan. El impacto real se notará cuando vaya creciendo y esté funcionando a pleno rendimiento".
Housers
Housers, fundada en abril de 2015 por dos emprendedores, el madrileño Álvaro Luna y el valenciano Tono Brusola, es la primera plataforma de crowdfunding inmobiliario que ha recibido el visto bueno de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) como Plataforma de Financiación Participativa (PFP). Hasta el momento, ha logrado cerca de 23 millones de euros de financiación colectiva, invertidos en 92 inmuebles, con una comunidad de pequeños inversores de casi 43.000 usuarios -que pueden participar a partir de 50 euros-. La revalorización media de los inmuebles en los que ha invertido se sitúa en un 12,12 por ciento.
A medio plazo, prevé superar los 160.000 usuarios y llegar a los 90 millones de financiación colectiva, para la adquisición de 300 inmuebles en España destinados a alquiler y venta. Tono Brusola indicó que, para lograrlo, necesitan ganar en visibilidad, reforzando la inversión en marketing, a lo que espera que ayude la participación en el Entorno Pre-Mercado.
Hasta el momento, la firma ha realizado cuatro ampliaciones de capital y planea otra más para el último trimestre de este año. La decisión de salir a bolsa se tomará en función de la experiencia en el EpM. Housers ha iniciado su expansión internacional, con oficinas en Portugal e Italia, y quiere diversificar su oferta para inversores particulares, con otros productos vinculados a bienes inmobiliarios, como préstamos a promotores.
Biomar Microbial Technologies
Biomar, fundada en León en 1996, ha recorrido diversos lugares de todo el mundo para conseguir una amplia y variada colección de microorganismos, que son la base de proyectos en diversas áreas científicas, principalmente agricultura -biopesticidas- y salud humana. Antonio Fernández, consejero delegado, explica que la empresa de biotecnología, que factura 1,2 millones de euros, busca recursos para dar impulso a sus proyectos de inversión, que incluyen la construcción de una nueva planta.
Fernández detalla que, tras años de investigación, algunos de sus productos están muy cerca de comercializarse en el mercado. "Esperamos recibir royalties por ventas mundiales a partir de 2020", afirmó.
Además, los compuestos candidatos a fármaco en salud humana, entre los que destacan uno para oncología y un neuroprotector, "han logrado resultados muy prometedores en las pruebas preclínicas y se espera licenciarlos en los próximos años, manteniendo parte de los derechos", añade. La firma tiene una tercera línea de actividad: servicios de producción por contrato para otras compañías, "que nos permite obtener recursos que dedicamos a los proyectos propios".
El directivo indica que Biomar está construyendo una nueva planta de producción, que espera que esté funcionando en verano de 2018, "para aprovechar la experiencia en fermentación y dar servicio a la creciente demanda de clientes", con capacidad de hasta 4.000 litros.
Cuatroochenta
Cuatroochenta, con sede central en el Parque Tecnológico de la Universitat Jaume I de Castellón (Espaitec), "desarrolla soluciones tecnológicas para ayudar a clientes y socios a gestionar el canal digital para la consecución de sus objetivos, ya sea vender u optimizar procesos", según su cofundador y consejero delegado, Alfredo R. Cebrián. La firma, fundada hace cinco años, tiene ya oficinas en siete países, y trabaja en cuatro líneas de negocio: creación de apps para empresas -incluyendo el mantenimiento, gestión y promoción-; productos propios comercializados bajo la fórmula de licencias -como Sefici y 480interactive-; canales digitales para negocios, bajo la fórmula de revenue share, y participaciones en otras empresas -a cambio de know-how y aportación al desarrollo de sus proyectos-.
El directivo explicó a los inversores que participaron en el primer Investor's Day del Entorno Pre-Mercado que el valor de la compañía es de 10 millones de euros y el capital ofrecido del 10 por ciento, "con el objetivo de acelerar el crecimiento en la internacionalización y el desarrollo de proyectos propios".
Los socios de la entidad planean su salida a bolsa en tres años. Cebrián afirmó que su entrada en el Entorno Pre-Mercado es una "responsabilidad"e indicó que la firma quiere abordar una ronda de financiación "para consolidar nuestra posición en el EpM".
Cuatroochenta ha pasado de facturar 804.000 euros en 2014 a 1,36 millones en 2016 y su objetivo es escalar hasta los 5 millones de euros en 2019.
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