
En un contexto en el que Administraciones, empresarios, agentes sociales y universidades han puesto sobre la mesa la necesidad de un cambio en el modelo productivo de la Comunidad Valenciana, para que pueda ganar competitividad en un mercado globalizado, el calzado ha demostrado que es posible abordarlo con éxito, y no sólo para recuperar los niveles de negocio previos al inicio de la crisis, sino para conseguir llevar al sector a su récord histórico en ventas y presencia internacional. (Puede leer el análisis completo y más noticias en la revista gratuita elEconomista Comunitat Valenciana )
Entre las claves para conseguirlo, están la apuesta por la diferenciación en producto, a través del diseño, y la competencia en calidad, en vez de en precio, con un creciente posicionamiento en un zapato de gama media, media-alta y alta; la adaptación de la estructura productiva a las necesidades de los distribuidores, con un alto grado de flexibilidad y rapidez de respuesta a las demandas reales del mercado; el esfuerzo en tecnología e I+D aplicada al sector, y el buen trabajo de posicionamiento internacional del sello made in Spain.
En el primer semestre de 2015, las exportaciones de calzado español alcanzaron los 83,8 millones de pares, con un valor de 1.480,6 millones de euros, un 6,65% y un 17,63% más, respectivamente, que en el mismo periodo de 2014, según los datos facilitados por el Departamento de Aduanas de la Agencia Tributaria de España. La balanza comercial del sector es positiva: con un volumen de importaciones de 1.290 millones el superávit es de 191 millones.
Ritmo de crecimiento
El ritmo de crecimiento en ventas exteriores hasta junio supera al logrado en el conjunto de 2014, del 17% -hasta 2.640,5 millones-, y está muy por encima del 10% de 2013. Además, se sitúa casi cuatro veces por encima del aumento del valor del conjunto de exportaciones españolas de mercancías, que en ese mismo periodo alcanzó el 4,9%.
Para la Federación de Industrias del Calzado Español (Fice), esta evolución responde, fundamentalmente, a que "las empresas continúan realizando un fuerte esfuerzo en contención de costes, mejoras en productividad y ajustando márgenes, para seguir ofreciendo un producto muy competitivo y de máxima calidad y diseño". Para ello, se ha buscado una adecuada combinación entre los valores y procesos tradicionales, que aportan valor diferencial al producto, y las innovaciones, que han permitido mejorar procesos y costes.
Gracias a ello, el calzado español sigue arañando cuota de mercado internacional a su principal competidor europeo, Italia, que en 2014 limitó la subida de negocio al 3%, con una caída en número de pares vendidos del 1,4%.
Los crecimientos en negocio exterior se suman a la recuperación de la tendencia positiva en ventas nacionales, iniciada en 2014, tras varios años de ajustes continuados, con un incremento del consumo interno estimado en un 3% para 2015 por la consultora DBK.
La evolución positiva de la demanda ha propiciado que el sector vuelva a crear empresas y empleo neto desde el año 2012.
Alicante, a la cabeza
La Comunidad Valenciana lidera el ranking de regiones exportadoras de calzado, con 771,6 millones en ventas entre enero y junio, el 52% del total. Marcas como Pikolinos, Panama Jack, Wonders, Mustang o Hispanitas, son reconocidas a nivel internacional y los fabricantes alicantinos han reforzado también sus acuerdos de producción para terceros. Con todo ello, han logrado un nivel de crecimiento superior al del conjunto del sector, del 18,4%.
A mucha distancia en cuota de mercado le siguen Cataluña, con un 10,78% en este sector, y Galicia, con un 10,75%.
Paradójicamente, la situación que amenazaba con llevar a la práctica desaparición al calzado regional -muy concentrado en la provincia de Alicante-, marcada por la irrupción de la competencia china y la externalización de la producción a este país, fue un revulsivo para un sector considerado maduro y que ha demostrado que es posible reinventarse y competir sin entrar en la guerra de precios. "A finales de la década de los 90, ya se empezó a trabajar en las líneas estratégicas que debía seguir el sector para poder recuperarse, de manera que, cuando comenzó la crisis económica mundial, en 2007, ya teníamos una gran parte del camino andado, al contrario de lo que sucedió en la mayoría de sectores, y en 2010 empezaron a recuperarse las exportaciones", destaca Rosana Perán, presidenta de la Asociación Valenciana de Empresarios del Calzado (Avecal).
"Uno de los problemas de los fabricantes era la productividad y, al principio, el salto internacional era a costa de sacrificar márgenes. Por ello, decidimos inspirarnos en las metodologías de mejora continua que estaban aplicando con éxito otros sectores, como la automoción, lo que nos ha permitido mejorar productividad y márgenes y, a partir de ahí, invertir en ámbitos clave, como la tecnología, la logística o la red comercial", añade.
*Este texto es un breve extracto del reportaje que puede leer completo, junto a otras noticias, entrevistas y análisis, en la revista digital gratuita elEconomista Comunitat Valenciana Puede acceder a la revista y a la información diaria sobre la economía de la Comunitat Valenciana en la web autonómica.