
La multinacional británica CPL Industries ha tomado un 10 por ciento del capital de la empresa valenciana Ingelia, dedicada a la producción de biocarbón, en el marco de un acuerdo estratégico entre ambas empresas que supondrá la inversión de 4,2 millones de euros en tres plantas de producción en Valencia e Inglaterra.
En virtud de esta alianza, la compañía británica se responsabilizará de buena parte de la comercialización en Europa de la producción de black pellet (cartuchos de biocarbón) que Ingelia ya produce en su planta de Náquera (Valencia), ampliada ahora con un segundo reactor. ASÍ TRABAJA INGELIA
Junto a ello, la corporación británica obtiene los permisos de la valenciana para desarrollar, bajo la dirección de ingeniería y suministro de la propia Ingelia, su tecnología HTC (carbonización hidrotermal) y construir así nuevas plantas transformadoras en Inglaterra en una primera fase y muy probablemente, en una segunda etapa, en Irlanda, Francia y Alemania.
Los tres reactores ya proyectados y las labores de promoción del nuevo producto supondrán una inversión de al menos 4,2 millones de euros. De confirmarse las otras tres plantas en estudio, el montante podría duplicarse.
Según el consejero delegado (CEO) del gigante del carbón británico, Tim Minnet, "el acuerdo es beneficioso para ambas partes, CPL Industries aporta su músculo financiero para implementar esta tecnología así como su red comercial, con más de un millón de entregas al año a los más de 100.000 clientes que poseemos, fundamentalmente en Inglaterra y Gales, e Ingelia aporta un producto nuevo de gran potencial pero que requiere darse a conocer".
Un 30% más de poder calorífico
Minnet destacó, en la presentación del acuerdo, este martes en Valencia, que el biocarbón de Ingelia tiene "un 30 por ciento más de poder calorífico que los pellets convencionales y, sobre todo, una patente de vanguardia, que será clave para reforzar la actividad limpia y sin humos de nuestra filial CPL Renewables".
Por su parte, la directora general de Ingelia, Marisa Hernández, destacó que con este acuerdo "la tecnología HTC da el salto internacional que necesitaba para postularse como una fuente de energía sostenible y competitiva de referencia, que esperamos sea decisiva para proyectar la biomasa como una solución eficiente a las necesidades de calor industrial y doméstico de los europeos".
Según explicó, "Valencia pasará así de vender astilla forestal para quemar, a exportar tecnología con un producto de calidad y de alto valor añadido".
Detalles del acuerdo
CPL Industries se compromete a promocionar y lanzar desde el mercado británico al comunitario la mayor parte de la producción de black pellet y biocarbón que Ingelia producirá cuando culmine el proceso de ampliación y la construcción de su segundo reactor en Nàquera (Valencia).
En estos momentos y tras invertir 1,25 millones de euros, se ejecuta ésa segunda instalación anexa a la ya existente que permitirá a la empresa valenciana quintuplicar su fabricación para llegar a producir 2.500 toneladas de biocarbón y black pellet, que obtendrán después de transformar las 10.000 toneladas anuales de restos de poda de jardinería y de residuos agrícolas procedentes de los municipios de Nàquera y Bétera que, como mínimo, está previsto procesar.
La división de ingeniería de Ingelia, además, se encargará de dirigir el proceso de implantación de los nuevos reactores que CPL Industries tiene previsto instalar y explotar, lo que supondrá una inversión mínima a medio plazo de otros 2,5 millones de euros.
Cuando se culmine el proyecto en 2015, las dos plantas instaladas (la de Náquera ampliada y una segunda en Inglaterra, con hasta cuatro reactores entre ambas), procesarán 20.000 toneladas de residuos orgánicos -fundamentalmente agrícolas- y generarán 7.000 toneladas de black pellet y biocarbón. Tal producción se estima que generará un volumen de negocio anual para CPL Industries de más de 2 millones de euros.
El proceso HTC patentado por Ingelia fue descubierto por Friedrich Bergius en 1913. Posteriores investigaciones, publicadas en 2006, se llevaron a cabo en el Max Planck Institute en Berlin por el Profesor M. Antonietti, que pasó a colaborar con los ingenieros de Ingelia en 2007 y 2008.
La tecnología dio un salto definitivo en sus aplicaciones industriales y energéticas cuando el equipo de la compañía valenciana comenzó a trabajar con el apoyo del Instituto de Tecnología Química (ITQ) de la Universidad Politécnica de Valencia y del CSIC, en un proyecto que dirige el Profesor Avelino Corma, recientemente fue galardonado con el Premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica 2014.
La virtualidad del sistema HTC es que permite superar el principal problema para transformar la materia orgánica en energía biomásica: la humedad. Sin necesidad de secadoras, el proceso patentado posibilitaría, en casos como el valenciano, tratar de forma natural, valorizar y transformar en energía residuos agrícolas como el de la poda de los cítricos, la vid o el procedente de la siega de la paja del arroz -evitando los problemas que generan sus quemas- o incluso residuos orgánicos urbanos, como restos de jardinería o basuras.