Comunidad Valenciana

La Policía apaga Canal 9 después de 12 horas de sainete en directo

Los trabajadores salen de la sede de Canal 9 tras el apagón. Foto: Guillermo Lucas

Alberto Fabra vivió este viernes uno de sus peores días al frente del Gobierno valenciano, al provocar con sus prisas que el cese de las emisiones de Canal 9 se convirtiera en un sainete televisado.

Frente a la fortaleza que había demostrado con la decisión del cierre, respaldada en público por todo su partido, Fabra quedó en evidencia al fracasar su intento de apagar las emisiones a medianoche y por sorpresa, lo que derivó en 12 horas de pugna no violenta entre periodistas y la Policía, retransmitida a todo el mundo.

El comité de empresa había anunciado que los trabajadores esperarían la orden de desconectar y no se opondrían, pero tampoco la ejecutarían. La orden nunca llegó. La Generalitat, temerosa de una reacción violenta de los empleados, decretó el jueves a última hora de la noche el cese de emisiones en una edición especial del Diari Oficial. Diez minutos antes de la medianoche, cortó la señal de Ràdio Nou cuando se emitía su programa estrella, el de más audiencia.

El presentador del informativo que en esos momentos emitía el canal Nou Dos dio cuenta del corte en la radio y se despidió de los espectadores, previendo el apagón, mientras cientos de trabajadores y la Policía autonómica acudían a la sede de Canal 9 en Burjassot (Valencia).

Nadie sabe quién envió a la Policía ni quién estaba al mando de la situación. Durante casi dos horas, policías y seguridad privada impidieron la entrada y salida de trabajadores, algo que puede tener consecuencias jurídicas, según los sindicatos.

El único que entró, en un coche policial, fue un técnico de televisión ajeno a la empresa, que fue entrevistado en directo al llegar y que admitió que le habían llamado para ver cómo apagar Canal 9. No quiso decir quién.

En Gata de Gorgos (Alicante), pueblo pegado al del vicepresidente de la Generalitat, José Císcar, lo identificaron en seguida como Francisco Singes, más conocido como Paco Telefunken. Para entonces, la programación se había convertido en un rosario de risas, lagrimas y críticas a la Generalitat, con participación estelar de diputados de la oposición, que aguantaron horas en el plató.

Tres intentos fallidos

El técnico intentó entrar al control central, pero no le dejaron los trabajadores al no tener acreditación para esa zona sensible. Lo mismo ocurrió con los liquidadores de Radiotelevisión Valenciana (RTVV), nombrados el jueves y, en un tercer intento, con dos agentes de Policía sin orden judicial.

Un grupo de trabajadores bloqueó el pasillo y Paco Telefunken anunció en directo que se iba a su casa, porque no le gustaba el trabajo encomendado.

Los liquidadores acudieron entonces al juzgado de guardia a denunciar la "usurpación" del edificio y pedir su desalojo. Se basaban en que a las 3 de la mañana habían enviado un SMS a los trabajadores comunicándoles que pasaban a estar en situación de permiso retribuido, por lo que no debían estar allí.

En una reunión con uno de los liquidadores y el jefe de la Policía, el presidente del comité de empresa les aseguró que desalojarían pacíficamente el edificio si el juez así lo ordenaba, cosa que ocurrió a mediodía.

A las 12.19 horas, Canal 9 se fue a negro y los trabajadores abandonaron la sede central y las delegaciones y emisoras de radio.

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