
El déficit del 3,45 por ciento del PIB -3.460 millones de euros- aprobado por la Generalitat valenciana, tras el visto bueno del Ministerio de Hacienda, es correcto en términos de contabilidad nacional, pero la liquidación del presupuesto de 2012 publicada este martes en el Diari Oficial de la Comunitat Valenciana (DOCV) revela que la situación de las arcas públicas valencianas es aún peor, dramática.
Los datos de la liquidación publicados en el DOCV, realizada según el Plan General de Contabilidad de la Generalitat, refleja un déficit presupuestario (ingresos menos gastos) de 6.223 millones -equivaldría al 6,2 por ciento del PIB regional-, que se tuvo que financiar con préstamos del ICO y el Fondo de Liquidez Autonómica (FLA), lo que elevó el endeudamiento de la Generalitat en 6.600 millones, hasta superar los 25.000.
Los datos de la liquidación de gastos no financieros reflejan la sorprendente cifra de 14.982 millones, 921 más que en 2011, cuando el consejero de Hacienda, Juan Carlos Moragues, presume de haber ahorrado casi 2.000 millones.
Según explicaron desde su Consejería, de esos 14.982 millones, 2.505 corresponden a facturas en el cajón afloradas en el Plan de Pago a Proveedores de junio, por lo que en realidad son gastos de años anteriores. Descontando estas facturas, el ahorro fue de 1.584 millones.
Pero el gasto fue aún mayor, 16.826 millones, si se contabilizan las operaciones financieras, que se quintuplicaron hasta alcanzar los 1.844 millones. Según Hacienda se trató de ampliaciones de capital en empresas públicas y asunción por parte de la Generalitat de deuda de estas empresas a proveedores.
La Consejería insistió ayer en que su problema no son tanto los gastos como los ingresos, que volvieron a descender en 2012 y se situaron 1.200 millones por debajo de lo previsto en el Plan de Reequilibrio Económico-Financiero, a pesar de las subidas de impuestos.
El Ejecutivo de Alberto Fabra ve imposible reducir un déficit de más de 3.000 millones solo a base de seguir recortando gasto, por lo que ha empezado a presionar al Gobierno de Rajoy para que acelere el cambio de sistema de financiación autonómica, que considera injusto, con el objetivo de que entre en vigor con efecto 1 de enero de 2014, aunque se apruebe más tarde.
Necesitado de más ayuda
El cuadro de liquidación refleja una realidad aún más cruda, y es lo necesitada que está la Generalitat de la ayuda del Estado para seguir funcionando. A pesar de los 6.600 millones insuflados durante 2012, terminó el año con un remanente de tesorería negativo (la diferencia entre lo que tenía pendiente de pagar y lo pendiente de ingresar) de 3.279 millones. En caja había 366 millones. Por eso, el Ejecutivo valenciano ha pedido a Montoro que reparta cuanto antes el sobrante del FLA.