La multinacional Ford confirmó ayer el rumor que desde hace dos años corría por las plantas europeas de la compañía, el cierre de la planta de Genk (Bélgica), a finales de 2014. Una mala noticia -peligran 4.300 empleos directos- que beneficia a la fábrica de Almussafes (Valencia), a la que llegarán más inversiones -1.112 millones desde 2009- y más empleo.
El cierre de la planta belga se traduce en que la producción de la próxima generación del Mondeo, del S-Max y del Galaxy se trasladarán a la planta española, según explicó Ford en un comunicado. Esto significará el probable traslado a Saarlouis (Alemania) de dos modelos que ahora se fabrican en Valencia, C-Max y el Grand C-Max, aunque Ford dijo que esta decisión está ?pendiente?.
Si fuera así, Almussafes acumularía los tres modelos provenientes de Bélgica más el Kuga -está empezando a fabricarlo- y la furgoneta Transit Connect, que producirá a partir de 2013.
La decisión supone un cambio en la estrategia de Ford Europa respecto a la planta española, que en 2010 decidió especializar en el segmento C -de ahí la reciente salida del Fiesta, perteneciente al B-, que es el que más se vende. Ya no será así, puesto que los tres modelos que vendrán de Bélgica son del segmento D, del que se venden menos coches pero "más grandes, con más componentes y más caros", según fuentes del sector, lo que beneficiará a los proveedores.
Además, serán necesarias nuevas inversiones en la factoría para adaptarla a los vehículos de mayor tamaño. Ford ha invertido en la fábrica de Valencia 1.112 millones de euros desde 2009 para adaptarla a sus tres modelos actuales y en una planta de motores.
Desde el punto de vista laboral en España, lo lógico es que aumente el empleo en la factoría y en el parque de proveedores de Almussafes, aunque en 2014 habrá un parón similar al sufrido este año, por los meses que pasarán tras la marcha del C-Max y Grand C-Max para la adaptación de las instalaciones a los nuevos modelos.
Espera que bajen las ventas
Ford Europa justificó esta redistribución de la fabricación porque "ayudará a afrontar la sobrecapacidad productiva debida a la reducción de más del 20 por ciento de la demanda para toda la industria del automóvil en Europa occidental desde 2007".
Según la compañía, "las ventas de los nuevos vehículos en Europa han alcanzado su nivel más bajo en 20 años y se espera que se mantengan o disminuyan aún más el próximo".
El presidente y consejero delegado de Ford Europa, Stephen Odell, afirmó en el comunicado que "la reestructuración propuesta de nuestras operaciones productivas en Europa es una parte fundamental de nuestro plan para reforzar el negocio de Ford en Europa y volver a la senda de un crecimiento rentable".
Expresó también que entendían el impacto que esta decisión puede tener para la plantilla en Genk, sus familias, los proveedores y la comunidad local.