Turismo y Viajes

Sri Lanka, la isla más linda del mundo

Sri Lanka (antiguo Ceilán) fue denominada por Marco Polo como "La isla más linda del mundo" en el siglo XIII. Ocho siglos después podemos afirmar lo mismo, sin lugar a duda. El imaginario de tierras exóticas, tropicales y asiáticas alcanza su esplendor en la fabulosa isla.

Es un gran tesoro porque a pesar de ser una pequeña isla, alberga en su interior distintos paisajes y mamíferos gigantes. Este pequeño paraíso perdido con forma de lágrima en el sur de India está comenzando a ocupar su merecido lugar en la industria del turismo y en los itinerarios de los viajeros que se aventuran por Asia.

¿Qué hay para hacer en Sri Lanka?

Al ser una isla las opciones de playa son muchísimas. Si bien la mayoría de la costa sur fue arrasada por el tsunami del 2004, se volvió a reconstruir. La oferta de alojamiento va desde guest-house mochileras a resorts de lujo. La mayoría son playas paradisiacas, de aguas cristalinas, palmeras y olas divertidas con la posibilidad de adentrarse en el océano para observar ballenas o hacer surf.

Pero no todo es playa; la espiritualidad también se respira acá: templos y ruinas milenarias permiten adentrarse en la meditación y en el budismo. El "triángulo de oro" es el circuito turístico que incluye los sitios históricos/espirituales más importantes del país. Pero la religión no sólo abarca el budismo: en el norte de la isla, también hay templos hinduistas y mezquitas.

Como si eso fuera poco, doce Parques Nacionales conforman el patrimonio natural del país. Se pueden observar animales de todo tipo, como monos, elefantes, leopardos, ciervos y búfalos, entre otros.

En la zona montañosa se pueden visitar extensas plantaciones de té rodeadas de típicas construcciones coloniales inglesas. Y una buena manera de recorrerlas es en tren, el cual ofrece paisajes espectaculares tras cada curva.

El pico de Adam (Adam's peak) permite combinar la vida de montaña con la vida espiritual en uno de los peregrinajes más conocidos de Sri Lanka. Consiste en un ascenso de 5.200 escalones al punto más alto de la isla, desde el cual se puede observar la costa. El sitio es sagrado ya que ahí se encuentra una huella de Buda. ¿Por qué no es el pico de Buda entonces? Porque los católicos adjudicaron esa huella al mismísimo Adam.

Pero lo que más enamora de Sri Lanka es su gente, hospitalaria, curiosa y amable. Hacen que uno se sienta cómodo a todas horas.

Los 5 sentidos se sienten a gusto en el país. La comida cingalesa incluye pescados frescos, frutas tropicales y currys picantes.

Sri Lanka es muy fácil de recorrer, las distancias son cortas y los precios son accesibles, siendo aceptables para diversos presupuestos.

Todas estas razones nos invitan a pensar que más pronto que tarde Sri Lanka se convertirá en una meca para todo tipo de turistas... pero mientras ese momento llega sigue siendo un diamante en bruto.

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